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WILFREDO GRAJALES. Todos hacemos política

Las redes sociales no son ajenas a ninguna realidad. Permiten reencuentros, ampliar contactos y conocer, si lo permiten, personajes que orgullecen a la ciudad. Es el caso de Wilfredo Grajales Rosas, sacerdote al servicio de la humanidad.

Nació el 7 de agosto de 1963, en Cali (Valle del Cauca). Luego de vivir en Bogotá y Sogamoso, la familia llegó a Cúcuta, en 1971. Terminó primaria en la escuela Nº 20 de Atalaya y bachillerato en el Técnico Salesiano. En 1981, ingresó a la comunidad Salesiana como candidato al sacerdocio.

La opción surgió para concretar la experiencia de fe como cristiano católico que vivió en servicio a la comunidad que hacían los salesianos en Los Almendros, la Cárcel de Menores, La Sabana, Doña Nidia y Niña Ceci. En la adolescencia admiró ese trabajo y creyó que debía dejar de ver desde la barrera y asumir el reto de remplazar a quienes lo precedían. Sintió el llamado a ser salesiano, a ser como Don Bosco, que no dejó el credo en el marco de las sacristías, sino que lo hizo un compromiso de servicio humanista para con los necesitados y la juventud.

Cursó los años de prenoviciado, noviciado y posnoviciado entre Mosquera (Cundinamarca), Rionegro (Antioquia) y Bogotá. Estudió en la Universidad Santo Tomás y obtuvo la Licenciatura en Educación, Filosofía y Letras. De los tres años de práctica salesiana uno lo cumplió en Mosquera, con los jóvenes que ingresan a la comunidad, y dos en Fusagasugá, en la escuela agropecuaria, como profesor de varias materias.

En doce meses evitó que se les enredara el año a los estudiantes, porque faltaban seis profesores. Eran 48 horas de clase, algunas eran al tiempo. Un ejercicio con el que aprendió mucho, aunque  a costa de sueño, desgaste físico y tensiones.

Dirigió a los internos, fue músico y director de teatro. El contacto con lo agropecuario, a pesar de la formación industrial, resultó una riqueza que agradecerá toda la vida.

Estudió los cinco años de teología en la Universidad Javeriana, hasta alcanzar la maestría. Mientras tanto, desarrolló trabajo pastoral en los cerros de Usaquén, sector donde conoció la pobreza económica que vive la gente  y la fortuna humana. Se ordenó y empezó a ejercer como sacerdote. “Esas lomas tienen los recuerdos de mis experiencias de novel sacerdote que experimenta lo que es ser pastor en situaciones sociales tan dramáticas”.

Al ejercicio de evangelización incluyó pavimentación de vías, construcción del parque, organización del comedor infantil, trabajo con pandillas juveniles, atención a ancianos y enfermos, y apoyo a asociaciones comunales. Esa labor la define como apasionante. Los superiores lo sacaron a finales de 1995, para encargarle la animación del sector educativo de la Provincia y la coordinación de la Pastoral Juvenil.

En más de 6 años de trabajo afrontó los desafíos generados por el nuevo marco constitucional y la ley de educación nacional. La pasión de educador tuvo en esos años un escenario amplio y especial. Con jóvenes y educadores del país animó, coordinó, fundó y dirigió actividades y obras. Recordarlas lo llevan a sentir con intensidad la emoción de lo vivido.

Los dos últimos años los vivió en el Centro Don Bosco, como director administrativo, y la Parroquia del Niño Jesús, en el 20 de Julio, donde abrió y dirigió el Centro de Formación para el Trabajo, obra que permanece. Fueron años de intenso trabajo y formación.

La Universidad de Pamplona acompañó en la última fase de un proyecto de formación de educadores, financiado por la Unión Europea, y terminaron 300 educadores la especialización en pedagogía, que considera tan importante como simbólica de lo que se puede innovar con los maestros y del trabajo de articulación interinstitucional.

En ese tiempo, el trabajo educativo y social fue articulado con la participación seria y decidida que terminó llamándose Visionarios por Colombia, cuya cabeza visible era y es Antanas Mockus.

La participación en escenarios políticos viene de la experiencia educativo – social, en la que muchos fundaron esperanzas ciertas de un mejor país, construida desde un buen ejercicio de lo público.

En el 2001, la comunidad lo envió a estudiar sociología a Roma. Después de unos meses en Canadá llegó a la Universidad Gregoriana. Cursó el nivel profesional y especialización hasta obtener el doctorado en Ciencias Sociales. “Europa es oportunidad de ver nuevas realidades en las viejas estructuras de un continente que nos define en mucho de lo que somos. No creo haber frecuentado solo aulas académicas y libros. Siento haber vivido y profundizado en la rica tradición de unas naciones que buscan reinventarse unificándose a pesar de sus profundas e históricas divisiones”.

En el 2007, regresó a la que el tiempo y los afectos convirtieron en su casa, su tierra, Cúcuta, donde viven sus padres, hermanos, sobrinos y amigos. Como director y rector del Salesiano, durante más de seis años, sintió dar algo a Norte de Santander, a la ciudad, a la educación, al colegio, a la Iglesia, devolver lo mejor de tanto que, sin mérito especial, ha recibido en la vida. Siempre lo han considerado cucuteño y nunca lo ha negado, es orgulloso de serlo. Lo es porque así lo ha asumido desde afectos y convicciones. Trabajar en Cúcuta, con y para los cucuteños lo hace feliz, lo que cree que es el deber de todos en la vida y es lo que hace que las labores no pesen, no cansen.

“Todos hacemos política. Hasta los que dicen no hacerlo, hacen de su omisión la peor forma de hacer política, la más irresponsable. El Papa (Francisco) ha tenido la claridad de invitar a los creyentes a no dejar que la fe sea confinada a las sacristías, a tener el valor y la audacia de anunciar la buena nueva de Jesucristo conectada de manera explícita con lo social y denunciar lo que no contribuye a la promoción de la humanidad entendida en el marco amplio de la creación”.

Como sacerdote y como sociólogo nunca ha rehuido de esa responsabilidad y derecho. Lo siente como algo ineludible de la vocación de servicio y de ser buen ciudadano.

En el tema de partidos también ha participado, ha ayudado y ha acompañado las buenas iniciativas, desde militancias partidistas concretas, considera deseoso de hacer algo bueno en lo público. No a un partido, sino a todos los partidos, a todos los seres. Eso no quiere decir que no tenga simpatías especiales por un partido, las tiene. Las ha dicho con claridad y hasta, no por gusto sino como irremediable acto de servicio, se ha ubicado en la riesgosa avenida donde caminan las dirigencias, escenarios donde las malas pasiones de la débil formación democrática hacen su peor aparición.

“La política de la ciudad es de una calidad débil y el servicio como motor de la participación se sustituye con facilidad por intereses individualistas y ambiciosos donde se confunde el peor concepto de empleo con la altísima dignidad de servir a la polis”.

Ahora está como profesor de planta de la Universidad Salesiana, de Roma, en la Facultad de Ciencias de la Educación. Miembro del equipo del Instituto de Sociología y desempeña funciones de cátedra e investigación. En este país estudió, por eso quienes lo conocían consideraron justo pedirle ir a prestar este servicio. Es una oportunidad enorme de formación y de experiencia que agradece a Dios, la vida y su comunidad.

“Acá todos saben que deseo regresar lo más pronto a Colombia y desde mis afectos, sueño con volver a Cúcuta para en ella cumplir mi mayor acto político: ¡Servir!”.

CRISTHIAN MORALES

Estudiante de Comunicación Social

Universidad de Pamplona

Campus de Villa del Rosario

 

Sobre Rafael Antonio Pabón

Nací en Arboledas (Norte de Santander - Colombia), educado y formado como periodista en la Universidad de la Sabana (Bogotá), gustoso de leer crónicas y amante de escribir este género periodístico, docente en la Universidad de Pamplona (Colombia) y seguidor incansable del Cúcuta Deportivo.

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Un comentario

  1. tuve la oportunidad de disfrutar de una conferencia del doctor Wilfredo Grajales en la universidad Francisco de Paula Santander y es todo un señor mis respetos para el y espero de todo corazón sea quien lleve las riendas de nuestra hermosa ciudad los próximos años

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