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CÚCUTA.- “Sí juro”, dijo Sandra Patricia Angarita Gómez delante de los 19 jefes que tendrá por este año. Estaba convencida del valor de esa frase que por estos días se repite en plazas públicas y despachos oficiales. Hace 20 años quería gritarla y ahora se le dio la oportunidad, en el momento justo y preciso de su vida.
Esta cucuteña, contadora pública egresada de la Universidad Libre y especialista en gestión pública en la Esap, es la nueva secretaria del Concejo de Cúcuta. El cargo no le es ajeno, puesto que ha vivido las dos últimas décadas en medio de sesiones, reuniones y encargos en la corporación municipal.
A esta mujer casada, madre de dos niñas y de ojos claros expresivos la experiencia la ayudó a vencer a los otros seis aspirantes a quedarse con la oficina que hoy ocupa. El rival más duro era su antecesor, amigo y tutor Yesid Montes. Los dos llegaron a la última instancia y 18 concejales se inclinaron por su nombre. El otro decidió votar en contra.
Lo que más le gusta del trabajo es el grupo de empleados con los que comparte las horas del día. Los ve comprometidos con el cuerpo colegiado y llevan los mismos años ahí. Ha visto llegar a concejales jóvenes, experimentados, hombres, mujeres, unos se quedan, otros se van al siguiente periodo. “Se trabaja muy bueno, es un entorno laboral agradable”.
Para atender los gustos y quereres de los miembros del Concejo tiene una fórmula fácil que ha aplicado y le ha dado resultado. “Las mujeres lo podemos todo”. Lo dijo con seguridad, mientras trazaba una leve sonrisa que hacía juego perfecto con el brillo de los ojos. Los 19 son diferentes, lo tiene claro, cada uno tiene su personalidad. A los antiguos les tiene la medida y a los nuevos apenas los comienza a conocer.
Como secretaria tiene la función de atender solicitudes, quejas y propuestas de la comunidad. “Siempre estaré dispuesta a atender a todos los que necesiten algo”. Esta tarea no le es desconocida, porque la ha cumplido en años anteriores. Los cucuteños, en esas cartas o comunicaciones, lo que más piden es que los tengan en cuenta a la hora de hacer el reparto de las inversiones en el presupuesto para solucionar carencias en diversos órdenes.
Sandra Angarita ha trabajado con muchos presidentes de la mesa directiva y podría calificar a cada uno por sus actuaciones. De Víctor Suárez está segura de que es organizado, ordenado, le gusta el trabajo bien hecho, es incansable y ante todo “es un excelente ser humano”.
Las sesiones, por largas y tediosas que resulten a raíz de los debates en los que se enfrascan los concejales no la estresan. Está acostumbrada al ritmo, a los discursos, a los enfrentamientos, a los desaires y, a veces, a los insultos. El hacer parte de tres comisiones de estudio la ha llevado a conocer a fondo el tejemaneje de la corporación como para no dejarse sobresaltar por el exceso de responsabilidades.
Del antecesor Yesid Montes guarda los mejores recuerdos y no se detiene para lanzar una frase para definirlo. “Es un ser humano espectacular”, por quien guarda aprecio y el reconocimiento del buen jefe, el amigo, al que le aprendió la nobleza, la paciencia, la inteligencia.
A pesar de estos atributos que le reconoce no le dio temor enfrentarlo en el concurso y competir para alcanzar este cargo. “Hablábamos y sabía que yo aspiraba”. El año pasado también se encontraron en el camino de los aspirantes. Yesid recibió el apoyo de los concejales y Sandra guardó el anhelo para otra ocasión.
Y esa oportunidad se dio este año por la carrera hecha en el Concejo, por el trabajo, por la constancia, por la dedicación, porque Dios quiso y no se guardó más el tiempo para permitirle cumplir ese sueño que alimentó durante años. “Me gané este espacio, poco a poco”. A esa paciencia le suma la fe que tiene en que “el tiempo de Dios es perfecto. Mi tiempo era este, no era otro sino este”.
Ahora, anhela seguir con lo bueno que se ha hecho y aportar más, llenar las expectativas que la mesa directiva tiene y estar atenta para que todo se lleve a cabo”. Para cumplir esas metas ha estudiado y no se ha quedado con el título profesional, sino que ha puesto interés en conocer lo propio del Concejo, los proyectos de acuerdo, las normas internas y las disposiciones legales.
Sandra Patricia no llegó por azar a la secretaría de la corporación pública municipal. Si bien recibió el respaldo de los concejales, fue un anhelo que siempre tuvo, por eso presentó muchas hojas de vida para el cargo. No se le dio cuando los que elegían eran viejos conocidos, sino ahora, cuando los encargados de la selección están recién llegados a las curules.
Vuelve a sonreír, porque le queda bien. Y reitera que esa es otra prueba de que “el tiempo de Dios es perfecto”.
RAFAEL ANTONIO PABÓN
Foto: PRENSA CONCEJO DE CÚCUTA
