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CÚCUTA.- Los internos del Complejo Carcelario y Penitenciario de Cúcuta conforman una población de “artesanos de manos y corazón, en proceso de resocialización”. La definición la hizo el coronel del ejército de la reserva activa Rodrigo Ricaute Tapias, director del Inpec en la capital de Norte de Santander.
Hace siete meses asumió la compleja tarea de estar al frente de la penitenciaría local. Hoy, en un repaso del reto aceptado, está seguro de que con el concurso de reclusos, guardias, administrativos, autoridades territoriales y familiares de internos saldrán a flote. “Vamos remando en el sentido correcto”.
La labor desarrollada tiene como objetivo fundamental velar porque la población carcelaria tenga una vida mejor, y que el diario vivir sea de trabajo y de ocupación para que ese paso tras las rejas se les haga llevadero.
¿Se aplican políticas más de educación que de represión?
Sí, claro. El cuerpo de vigilancia está preparado y fortalecido en los derechos humanos. Es una política que viene del presidente Juan Manuel Santos y del director general del Inpec. El respeto de los derechos humanos es una política institucional y en eso nos basamos. Estamos empeñados en la resocialización y en que se desempeñen en el trabajo y en el estudio.
¿El punto más crítico de la penitenciaría es el hacinamiento?
No, de pronto es la salud. El gobierno va a implementar cambios de alto nivel. Apoyamos y valoramos lo que se hace por el bien de los internos. El hacinamiento existe, porque el delito existe. La Policía, el Ejército y la Fiscalía tienen que trabajar para combatir el delito y los infractores llegan al centro de reclusión. Eso es manejable. Trabajamos día a día para conseguirles los beneficios administrativos, como son la libertad, las 72 horas de extramuros y la detención domiciliaria para sacar a los internos a la casa y que tengan los derechos que la ley les otorga.
¿Se mantienen los problemas con Caprecom?
En esta gestión de salud estoy acompañado por la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría y los organismos departamental y municipal de salud. No estamos solos. Desde la alta gerencia del Instituto se trabaja para solucionar los problemas de salud de los internos. Somos un espejo de lo que pasa por fuera.
¿Cuál es la capacidad física del complejo?
Tiene capacidad para 2230 internos y tenemos 4000. En siete meses de trabajo hemos bajado en 400 reclusos. Estamos en el decreciente proyectado que nos ordena la justicia. Estamos cumpliéndole a la sociedad, que quiere que quien cometió un delito esté a buen recaudo para que no haya repetición; les estamos cumpliendo a las autoridades, les recibimos a los capturados, porque es su deber, y les estamos cumpliendo a los internos con sus beneficios, ayudándoles a que se los otorguen los jueces de la república, que trabajan de la mano con nosotros y son los benefactores en sentido de justicia para con los internos.
PEDRO INFANTE
Programa Arco Motilón
Foto: Andrés Carvajal
