1.- Entre nosotros, y sin que nadie diga nada, porque la indiferencia es lo predominante, siguen ocurriendo actitudes y conductas que en un pretendido penetrar sobre el meollo de los problemas, lo único que cumplen es demostrar la inoperancia y la ausencia de directivos en los puestos de dirección y comando, como en las actividades que definen o precisan los servicios y ejercicios que se buscan solucionar.
Y una demostración de ese colapso es la Zona Franca de Cúcuta, que se obtuvo con el concurso de muchos, demostrándose que era operable y que existían intereses y empeños para gestiones y tareas de orden mayor, como lo constataron los acercamientos y propósitos que animaron a Sidor y a las Acerías Venezolanas, como a representantes de la industria automotriz, cuando observaron y analizaron las ventajas y prerrogativas que existían –inicialmente para los mercados de Venezuela, Colombia y las Antillas- así como opciones para el ensamble y el establecimiento de maquiladoras de múltiples productos, como comenzaba a cumplirse en la frontera mexicana.
Todo lo anterior, sin olvidar lo que podía cumplirse complementariamente con lo que se intenta con el petróleo, el carbón, la roca fosfórica, los yesos y las arcillas, más los procesamientos agropecuarios y de aprovechamiento que otorgan las ventajas comparativas de una ubicación geoestratégica, como la que define y determina la zona fronteriza colombo-venezolana, que no ha sido entendida, ni valorada en lo que representa como sitio y lugar para desarrollos integracionistas de alto contenido y perspectiva internacional.
2.- Anotamos esto, porque supimos del nacimiento y de los primeros partos de este proyecto, convocando a los que podían auxiliarnos con su voluntad y valoración de realidades y sin que se cumplieran los sustentos, mediante contratos de asesoría millonarios, porque arrancamos en O y lo que se fue obteniendo en aportes y ayudas eran cantidades mínimas como lo pueden demostrar el Ministerio de Desarrollo, la Gobernación y la Alcaldía de Cúcuta de entonces y los valores que recibieron los ingenieros y arquitectos Álvaro Riascos, Álvaro Salgar, Gaetano Ítalo Alterio y Fernando Matamoros, entre otros, para elaborar los estudios de urbanismo y facilitación arquitectónica y técnica, que con los servicios infraestructurales y básicos, son necesarios para la presentación de proyectos de esta envergadura y cuando a Barranquilla, Buenaventura, Cali, Cartagena y Santa Marta se les asistía con aportes significativos.
3.- Esto, de contemplar ahora, que la Zona Franca no camina, que se la ha fraccionado al amparo de los gobiernos nacional, departamental y municipal, que no hay planes de promoción y desarrollo, porque no hay principios rectores y encomendados a miembros orientadores sobre lo que significa y representan la región y la frontera, porque a nadie le duele este mecanismo de comercio exterior y por ello no se da paso a la creación de una entidad operadora con cimiente y enjundia trasformadora y fronteriza, prefiriéndose que el proyecto decaiga y se especule con la posible venta de los terrenos – que, entre otras, fui yo como gerente inicial quien los compró y que preveían hasta la conveniencia de congelar más área alrededor – estimando crecimientos- pero que luego se fueron vendiendo y urbanizando por los propietarios, hasta reducir el área a 44 hectáreas, luego a 24 – cuando se le cede a la Policía el lote que estaba previsto para lo industrial y se entregan esas primordiales y fundamentales 20 hectáreas – así como se intentó dedicar parte de las áreas que restaban a la construcción de piscinas para los Juegos Nacionales y la reubicación del Centro de Convenciones, que a gritos se pide, debe establecerse en las inmediaciones del Complejo Histórico de Villa del Rosario.
Observar esa triste realidad de la Zona Franca y la del aeropuerto – que está a su lado – pero que no tiene tampoco bodegas, ni acomodamientos para movimientos internacionales, como lo reclama y exige, cuanto está aconteciendo y se sucederá sin que las entidades rectoras y encargadas de la vivencia de lo público actúen, como lo hicieron en los comienzos, desajusta y produce una sensación de aislamiento y abandono que solo se mejorará cuando el empresariado regional y fronterizo – y la dirigencia en general – salgan y superen su marginalidad y se propongan aceptar el reto hacia el futuro, como es : hacer de la frontera una zona de incentivos, estímulos y mecanismos para la implementación de parques industriales y tecnológicos compartidos o conjuntos, junto a una zona aduanera especial para el desarrollo de proyectos nacionales, binacionales o multilaterales, con lo cual esta frontera se trasformaría en la zona fronteriza más importante del Continente y la generadora de mayor empleo y de promedios industriales y empresariales. Si nos atreviéramos a pensar en grande y a comprometer a nuestros gobiernos en los principios y derroteros que fijó el Libertador, desde los desarrollos del Congreso Constituyente de la Villa del Rosario en 1821, nuestra perspectiva y futuro serán de otras dimensiones y características.
Si no, seguiremos en las mismas y falseando la realidad, que puede otorgarnos un mejor porvenir y sin necesidad de contratar conceptos para que nos repitan lo que se ha hecho. Y sin que se aluda a lo que se debe hacer.
JOSÉ NEIRA REY
Notas al margen
Foto: Firma Ronderos & Cárdenas