CÚCUTA.- Cristian Andrés (Casanare), Valentina (Bogotá), Doris (Caquetá), María Juliana (Huila), seguro, en alguna ocasión se han encontrado por el camino, han cruzado el saludo deportivo y han compartido momentos especiales en los escenarios nacionales. Hoy, hacen parte de las delegaciones que disputan en Cúcuta el Interligas de Patinaje 2022.
Los cuatro viven al ritmo que les imponen las ruedas. Van a las carreras por la vida y disfrutan cada vuelta que les dan al patinadero de turno. Tres son prejuveniles y una joven con sueños parecidos y metas fijadas que creen cumplirán a la velocidad que los años les dicten.
Un día decidieron que este sería el deporte que los mantendría activos y no miraron hacia otras disciplinas. Han sacrificado parte de la niñez por obedecer al dictado del corazón y han dejado familias y amigos por estar en la mejor forma para ganar esa preciada medalla que los ilusiona y engrandece.
El rostro de cada uno muestra la inocencia que da la escasa edad que tienen, mientras que los ojos les brillan en el momento de hablar del futuro. No hay nostalgia por el pasado cercano, ni resentimiento por el tiempo no compartido en casa o en la esquina del barrio. Por el contrario, la satisfacción aflora en cada palabra y en cada frase.
Cristian Andrés es casanareño. Comenzó a patinar a los 6 años. Lo entusiasma luchar por un cupo en la Selección Colombia y ganar una presea, del metal que sea. Está convencido de que “el descanso tiene que ser importante” para alcanzar los objetivos propuestos, así no pueda salir a donde van los demás. “Hay que sacrificar demasiado”. Luego, se verán los resultados.
Los patinadores que no están competencia aprovechan los minutos para charlar, para hablar por teléfono con los familiares que se quedaron en la ciudad de donde provienen, para hacerle una broma al deportista de otra delegación, para reír, para escuchar más consejos de los entrenadores. Para disfrutar de la brisa del río Pamplonita.
Valentina es rola y regresará pronto a casa. Tiene fijo en la mente que en Cúcuta “todos son super amigables”. A los 7 años se calzó los primeros patines y hasta hoy ha ganado los títulos Distrital y Nacional, en fondo. En 9 años dedicados a esta disciplina se ha abstenido de acompañar a la familia a paseos y comidas.
Lo bueno es que se siente satisfecha con lo que hace, porque los amigos del barrio los ha cambiado por los compañeros de deporte. Sueña con ponerse, pronto, la camiseta de Colombia para representar al país en el exterior.
El anunciador llama a los participantes en la siguiente prueba, categoría prejuvenil o juvenil, masculina o femenina. Es el turno para otra tanda de muchachos que saltan a la pista para darlo todo en búsqueda de la gloria. Pocos serán los eliminados. Los clasificados aún tienen mucho por ganar. Faltan las vueltas definitivas.
María Juliana es opita. Hace parte de una de las delegaciones más pequeñas de las que compiten en el Interligas. A pesar de esa diferencia numérica está satisfecha, porque han cumplido los objetivos trazados por el entrenador y la Liga en el momento de partir hacia la capital de Norte de Santander.
No había tenido la oportunidad de correr en las pistas cucuteñas Enrique Lara Hernández y Teódulo Gélvez. Ha ganado en experiencia y en aprendizaje diario. “Llevo 10 años dedicada a este hermoso deporte”. A los 5 años pidió como regalo de Navidad un par de patines, a pesar de que en Neiva no cuentan con pista reglamentaria para la práctica, pero por esa carencia no dejará de entrenarse y de prepararse.
La jornada matutina culminó. Las delegaciones salen despacio del escenario deportivo que los recibió. Al caer la tarde volverán. Todavía les queda mucho por vivir.
Doris es caqueteña. Le ha ido bien en Cúcuta y ha soportado el ritmo con valentía. El calor de la capital nortesantandereana la ha afectado en las carreras. “En pista, el sol estaba muy bravo”. Hace 6 años le llamó la atención el patinaje y siempre sintió el deseo de vivir esas emociones únicas.
Mientras va en competencia “trato de no pensar en nada”, solo va enfocada y concentrada en el número de vueltas que ha dado y en las que faltan para que suene la campana. No ha tenido accidentes graves, por lo que agradece a Dios. “Solo caídas leves y raspones, que no faltan”.
Estos jóvenes, tarde o temprano, harán parte del listado de campeones nacionales o mundiales. Remplazarán a los que hoy tienen renombre y hacen parte del grupo que compite en este Interligas. El afán es meterse entre los grandes para coronar los sueños y levantar la bandera colombiana lo más alto posible.
RAFAEL ANTONIO PABÓN
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