TIBÚ – Norte de Santander.- La falta de financiación, el alto costos de los insumos, las pérdidas ocasionadas por el paro campesino, el incumplimiento del Gobierno de los compromisos adquiridos, la eventual declaratoria de una zona de reserva campesina y el desarrollo del programa de restitución de tierras son los principales problemas que afrontan los campesinos productores de palma de aceite en El Catatumbo.
Los afectados se reunieron, en el colegio Francisco José de Caldas, de Tibú, en la que se constituyó la primera asamblea general para analizar la tardía instalación de la planta extractora de aceite. Se estima que será la más grande de Sudamérica, pero que ha quedado en una utopía, debido a la retrasada construcción.
Innumerables inconvenientes han dilatado el traslado de maquinaria y la adecuación del lugar para el funcionamiento. Este renglón económico de la región agremia a 1200 familias.
Se acordó exigirle al Ministerio de Agricultura el cumplimiento de los compromisos adquiridos y consistentes en mitigar las pérdidas por el paro de El Catatumbo, en el 2013, y que superaron los $ 20.000 millones. El Ministerio, antes de tomar la decisión de aprobar la creación de la zona de reserva campesina, debe tener en cuenta a los palmicultores, que no están representados en la Asociación Campesina del Catatumbo (Ascamcat) y que lidera la propuesta al Gobierno.
En esta zona entrarían predios que tienen cultivos de palma de aceite. En la misiva al Ministerio incluirán la manifestación de preocupación por la manera como se desarrolla el programa de restitución de tierras en la zona, que desconoce la buena fe de la tenencia de la tierra.
Las asociaciones palmicultoras de El Catatumbo llamaron al respeto a las entidades gubernamentales y organizaciones sociales que han afirmado que los cultivos de palma de aceite en la región obedecen a una consecuencia de las incursiones paramilitares.
Siete palmicultores fueron escogidos como voceros autorizados de los cultivadores y buscarán asientos en instancias departamentales y nacionales de desarrollo para gestionar ayudas y resolver los problemas y las amenazas que aquejan al gremio.
Los cultivadores de palma de aceite se solidarizaron con las comunidades campesinas que adelantan un pliego de peticiones con el Gobierno.