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CÚCUTA.- Luego de pasar los últimos siete años vinculada a la vida privada, Gladys Sofía Mogollón ahora está sentada en la mesa de la secretaría general de la Asamblea de Norte de Santander. Volvió sin pensarlo, porque trabajaba tranquila en la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Villa del Rosario, en la que se había ganado el aprecio de administrativos, obreros y comunidad.
El 30 de diciembre, recibió la llamada que no aguardaba. La cita sería al otro día, el último del 2015, para hacerle el ofrecimiento. De entrada hubo la negativa, porque estaba amañada en la Eicviro. La insistencia la llevó a dar el sí y a correr para renunciar a la dirección administrativa de la entidad rosariense.
En el municipio histórico la sorpresa fue mayor, por lo inesperado de la decisión. Sin embargo, hubo tiempo para organizar la despedida y enviarle mensajes que aún guarda en un archivo del teléfono celular. “Viví una experiencia bonita con la gente maravillosa que trabaja allá, sencilla, buena. Aprendí mucho. Es la parte en la que nunca había estado”.
Llega a la corporación departamental a aprender, porque todos los días aprende. “Les agradezco a los diputados, porque tuvieron a bien, por unanimidad, elegirme como secretaria general para aprender de ellos y para estar en contacto directo con la democracia del departamento”. Son las palabras con las que reconoce el nombramiento y con las que hace el homenaje a quienes respaldaron su nombre para desempeñar este puesto.
A pesar de haber discurrido por las administraciones municipal y departamental, en las que ocupó diversos cargos, no se le había pasado por la mente sentarse en el escritorio que hoy ocupa. “Siempre me siento bien donde Dios me mande. Vivo bajo la voluntad de Él”. Es el otro agradecimiento, porque a cada nada nombra a Dios y pone de manifiesto la fe que profesa.
En los siete años y alguito más que estuvo en la parte privada no se alejó del todo de los menesteres de la política. Nunca perdió de vista a la comunidad y mantuvo el contacto diario con los amigos. “Siempre estoy en actividad”. Sin haberse metido de lleno en proyectos, apoyó a quienes se lo solicitaron. Pero “un proyecto para mí, de elección popular, nunca me ha gustado”.
En varias oportunidades le ofrecieron esas posibilidades y las rechazó, porque le parece que es una responsabilidad grande. Y sin ruborizarse confesó que “fui temerosa de esa clase de proyectos”. A cambio, en este nuevo camino que comienza a transitar espera aprender de los diputados y del manejo que se debe hacer a la corporación. “Me gusta aprender y estar en contacto con la gente”.
El paso por los diversos despachos de la Alcaldía y la Gobernación no la han cambiado en su manera de ser y pensar. Cree que siempre será la misma mujer a la que le gusta trabajar y que es asequible con la gente, aunque en estos momentos tiene mayor experiencia y ha corregido los errores cometidos. “Siempre bajo mi fe y con Dios como testigo de mis actuaciones”.
Considera que lidiar con los 13 jefes que tendrá al frente a diario será fácil. Esta reflexión se fundamenta en que ha mantenido buenas relaciones con los jefes y por eso ha dejado amigos en el camino, sin importar la filiación política a la que pertenezcan. Y con el Gobernador la amistad los une desde cuando William Villamizar era concejal y Gladys ocupaba la secretaría de Hacienda del municipio.
En ningún momento de la vida vislumbró que sería la secretaria de la Asamblea. Cuando le hicieron el ofrecimiento le pareció interesante y aceptó. Llega con un conocimiento de la administración pública, recopilado merced a las experiencias vividas en los palacios de gobierno municipal y departamental. “El diario vivir nos enseña y cada día se aprende algo. Eso es para ponerlo al servicio de quienes nos rodean, de quienes están a nuestro lado por cualquier circunstancia. Eso es lo que hay que hacer”.
En los últimos años ha pasado horas en meditación mientras comprende que no se llega a un sitio por azar, sino porque Dios lo permite y para cumplir una misión. ¿Cuál será la que deba cumplir en la Asamblea? “Hay que descubrirla”, pero apegada a las leyes divinas y a las normas del Estado. En los pocos meses que pasó en la Eicviro la encontró y hoy está satisfecha con lo ejecutado.
Si se amaña en la secretaría no cree que se le despertaría alguna aspiración política. “No. La verdad es que la parte de la elección popular no ha sido uno de mis objetivos”. Mejor, cree que si su trabajo puede servir de algo para que redunde en favor de quienes han puesto la confianza en ella, con eso es suficiente.
RAFAEL ANTONIO PABÓN
Foto: www.contraluzcucuta.co
