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DESDE AFUERA. A este ingeniero algún dejo lo pone al descubierto como cucuteño

Guillermo Aponte tiene  34 años y desde 1999 dejó el Barrio Blanco por razones privadas y se fue a vivir al exterior. Es ingeniero en sistemas y en la lejanía extraña a la gente, el ambiente y el calor que dejó en Cúcuta. Vive en Estocolmo, ciudad  extremadamente organizada y segura, entre otras bondades.

Le ha ido más o menos con la comida y encuentra grandes diferencias entre las dos ciudades. “Son totalmente distintas”. Si pudiera traería aspectos financieros para adaptarlos a la capital de Norte de Santander. Está seguro de que Cúcuta podría alcanzar ese nivel de desarrollo de Estocolmo, porque “todo se puede en esta vida”. Habría que emprender muchos cambios y tomar muchas medidas.

Los momentos más difíciles de la estadía en ese lugar los vivió al principio al empezar a adaptarse a una nueva cultura y nuevas  costumbres. Y la felicidad la ha conocido con todos los logros en la vida tanto personal como profesional.

Cuando la temperatura se pone a menos 20 grados centígrados piensa que es el instante preciso para devolverse. Luego desiste y continúa la vida normal. En esa cotidianidad debe asimilar que la imagen de Colombia, infortunadamente, quedó estancada en los recuerdos de las décadas de los 80 y los 90, cuando el país estaba mal por los problemas originados por la droga, los carteles y la inseguridad. “Es algo muy difícil de cambiar”.

De Cúcuta como ciudad no saben mucho en Estocolmo. Aunque ha trasmitido el calor cucuteño con alegría, humor y diversión. No está seguro de cuánto tiempo estará por fuera de Cúcuta, pero le gustaría que al regresar la ciudad estuviera desarrollada, segura y organizada.

Hay algunas comparaciones entre los gobernantes de allá y los de acá. La diferencia es que Suecia es un país monarca y Colombia presidencialista. No tiene mucho contacto Cúcuta para enterarse de lo que sucede acá. Le gusta estar enterado de lo que le ocurre a la familia. Para eso se conecta a Facebook. En cambio del país sí está pendiente. “No he vivido en Colombia hace muchos años”.

No tiene un distintivo rojinegro para identificarse como cucuteño, solo uno que otro dejo que se le sale de vez en cuando, porque ha perdido mucho de esas expresiones propias de la tierra natal.

Nostalgia, alegría y anhelos por volver son los sentimientos que se le revuelven cuando escucha alguna canción colombiana. En los tiempos libres se entrena en el baile y va a cine. Al principio se sentía raro con la diferencia horaria, “especialmente, porque acá tenemos que a la mitad del verano, más o menos a mitad del año, no oscurece y al final de año no amanece. Igual uno se acostumbra”.

El recuerdo que mayor emoción le causa al pensar en Cúcuta es cuando iba en la secundaria y se la pasaba con los amigos.

RAFAEL ANTONIO PABÓN

rafaelpabon58@hotmail.com

Foto: ÁLBUN PERSONAL

 

 

Sobre Rafael Antonio Pabón

Nací en Arboledas (Norte de Santander - Colombia), educado y formado como periodista en la Universidad de la Sabana (Bogotá), gustoso de leer crónicas y amante de escribir este género periodístico, docente en la Universidad de Pamplona (Colombia) y seguidor incansable del Cúcuta Deportivo.

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Un comentario

  1. Pedro León Jáuregui Ávila

    Algunos cucuteños cuando se van no se llevan nada de su tierra en la parte física pero si en su interior y sueñan con que la ciudad sea algún día desarrollada, segura y organizada; algo que es difícil pero no imposible por la calidad de dirigentes que están al mando.

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