CÚCUTA.- Al gusto por aprender un oficio los hombres lo llaman ‘gusano’. Pues ese animal invertebrado se le metió un día a Alejandro Acosta Chisnes y no pudo sacárselo en los últimos 35 años. Por el contrario, lo adoptó y aprendieron a convivir.
Un día le ocurrió la desgracia que evitan los jugadores de fútbol. Una lesión de rodilla lo sacó de las canchas y lo puso en la línea a dirigir equipos aficionados. En esos momentos tenía conocimientos que los aplicaba en los sistemas de juego y combinó tardes exitosas con jornadas que es mejor no recordar.
“Me gustaba el fútbol”. Lo dijo con regocijo, como queriendo retroceder a esos días de carreras desenfrenadas en los campos deportivos. Esas imágenes lejanas perduran y se refrescan cuando habla de esta disciplina que no le dio mayores oportunidades, aunque sí satisfacciones.
Como había jugado y dirigía equipos, se consideraba con derecho para comentar las incidencias del deporte en una emisora. Se sentía con el deber de compartir esos saberes con un público que desconocía, pero al que deseaba llegarle y ayudarle a entender los enredos del fútbol.
Hasta que llegó el día. Apareció el ángel que tenía la misión de conducirlo a la emisora para que hablara. En la Voz del Norte ingresó al programa Ámbito Deportivo, dirigido por Luis Alberto Robles. Ahí le abrieron micrófono y le tomó el gusto a ese oficio.
Luego, Colmundo Radio lo tuvo como director de deportes. De esa experiencia recuerda a Gustavo Pabón, Carlos Salazar y Dani Vega como sus compañeros de lucha. Fueron varios los años compartidos en cabina.
Transcurrieron los años. De pronto, vio cómo aumentaba la competencia en los deportes, aparecieron jóvenes y adultos con idénticos gustos a los suyos. Entonces, otro día, dio un giro en la vida y miró hacia el cooperativismo. Estudió economía solidaria, en la Universidad Javeriana, y aprendió acerca de la filosofía cooperativa. Creó el primer programa cooperativo en Norte de Santander y alcanzó reconocimiento nacional. Recientemente, el espacio cumplió 30 años.
- Es mucha el agua que ha corrido por debajo del puente. Ingresar a la Acord en aquellos años no era fácil. Había que hacer un curso y someternos a muchas pruebas de conocimientos, por parte de los asociados, que daban algún concepto en torno a la trayectoria del aspirante para ingresar a la institución.
Recién ingresado a la agremiación colaboró con la organización de los Primeros Juegos de Periodistas Deportivos. Le asignaron la Comisión de Transporte. Aprovechó la ocasión para conocer buena cantidad de colegas venidos de las demás seccionales de la Acord. Fue el bautizo para trabajar por la Asociación. Luego, ocupó cargos de dirección.
Hoy, está retirado de las dos actividades que le merecieron el agradecimiento local y nacional, el periodismo deportivo y el cooperativismo. Deber cumplido.
RAFAEL ANTONIOPABÓN