CÚCUTA.- La madre quería, como homenaje al actor Carradine, bautizar al niño Deivy. El padre, en medio de su inglés de colegio, llegó a la Notaría y escribió Daví. Para el segundo nombre, se pensó en el abuelo materno Leovigildo, y lo llamaron Leonardo. El primer apellido del nono paterno es Julio y pocos vecinos lo sabían, siempre le dijeron Paipa. Don Leo es Puerto.
El pequeño creció en Belén, en medio de las limitaciones que compartían los habitantes de ese barrio, al occidente cucuteño. Era allegado a los jóvenes, por lo que hoy, entre los amigos, cuenta a varios cincuentones y sesentones. Ninguno tenía más que el otro, por eso crecieron felices a su manera.
Daví Leonardo Julio Puerto fue al Instituto Moderno Quinto Centenario y, en 1999, alcanzó el título de bachiller. En la Universidad Francisco de Paula Santander se preparó como administrador de empresas (2008). El Sena lo tuvo como alumno en el programa de pedagogía. Hasta cuando le llegó el momento de emplearse.
En Comfaoriente encontró ese refugio laboral, siempre en gestión de calidad y en sistemas integrados de gestión. Ahí, en el edificio de la Caja de Compensación, pasó 18 años. Al repasar ese escalonamiento siente que ha recibido bendiciones, como recompensa del trabajo cumplido.
- Lo importante es salir adelante y trabajar. Además, tener el impulso de la familia.
El pertenecer a un estrato socioeconómico bajo no lo hizo sentir rechazado mientras asistía a clases en secundaria o en el camino para ser profesional. Los abuelos lo enseñaron a continuar hacia adelante y lo alentaban para que mantuviera la mirada puesta en el norte.
A punto de cumplir dos décadas en la Caja le encomendaron el reto de asumir la rectoría de la Institución Educativa Gimnasio Campestre Comfaoriente. Ahora, debe implementar lo hecho desde el cargo administrativo anterior y aplicar los procedimientos y el conocimiento de la gestión del colegio. Se abre la puerta que da acceso al manejo de 1032 estudiantes, desde prejardín hasta grado 11, más docentes y administrativos.
Da una mirada en el tiempo y reconoce que no se veía como actor principal en la parte educativa. No se veía como rector, así hubiera asesorado empresas en Cúcuta y Arauca en torno al sector.
- Son 1032 hijos. Eso es lo bonito de la vida. Las experiencias adquiridas permiten transmitir el mensaje de trabajar y seguir adelante.
Al pie de los niños llegan los padres de familia. En ocasiones la pareja hace presencia para conocer cómo avanza el proceso enseñanza-aprendizaje del hijo. Esto significa que la cifra se multiplica por tres y la operación da como resultado el grado de responsabilidad que le encomendaron a comienzos de año. Está seguro de que cada padre quiere lo mejor para el hijo o aquello que en su infancia no disfrutó.
Desde afuera llega el barullo de los estudiantes a punto de terminar la jornada del día. Ruido que, a cambio de molestar al rector, lo hace reflexionar en torno a la edad de los causantes del bullicio. Comprende que el niño es niño y siempre tendrá alegría, correrá por pasillos y saltará, hablará y gritará en los salones.
- Los docentes son un grupo de profesionales con talento humano exitoso. Día a día les pedimos que mejoren, porque la pedagogía con la que se formaron era una y hoy hay otra metodología.
Esas clases magistrales en las que los profesores muestran sus saberes son complementadas con enfoques en deportes, cultura, arte, música y la banda marcial.
Los alumnos de los cursos superiores, por el paso del tiempo en la institución y el conocimiento con el que cargan, se convierten en los hermanos mayores de los chiquitines. Ese comportamiento es inculcado para que les den ejemplo a quienes les siguen los pasos.
La rectoría impulsa los grupos de investigación para motivar a los muchachos a abrirse a otros campos y que en casa no vean solo las calificaciones en las materias tradicionales. Los enfoques son sistemas, ambiental, musical, sociales y cátedra de paz. Se les da la posibilidad que escojan el grupo con el que sienten afinidad. Para Once tienen dos técnicas en sistemas y comercio.
Al terminar el ciclo estudiantil algunos toman el rumbo universitario. Otros, optan por las técnicas. También, les hacen seguimiento a los egresados. Se sabe que estudian medicina, ingenierías, militares y Sena. Y no faltan los artistas.
- El índice de deserción que manejamos es bajito. Básicamente, se da cuando los papás cambian de ciudad, porque se les abren las puertas laborales en otros lugares.
En contados minutos sonará el timbre que dará por terminada la jornada estudiantil. Otro día de clases que ha pasado. En segundos, la algarabía se tomará el ambiente del colegio, pequeños y grandes correrán, gritarán, se despedirán, se alegrarán por ver a los padres. ¿Quién se opone a ese fragor, convertido en estampida?
Entre tanto, el rector Daví Leonardo Julio Puerto cabila y se imagina en qué andará a final de año:
- Continuaré como rector. En noviembre o diciembre entregar los mejores bachilleres. Igual, el paso de jardín a primaria, y de primaria a bachillerato.
RAFAEL ANTONIO PABÓN
Me alegra mucho que sea de bendición ese nuevo cargo y eres ejemplo de que todo lo que nos propongamos lo cumplimos con esfuerzo y perseverancia.