CÚCUTA.- Elogios por Colombia se leen, se escuchan y se ven por el mundo entero, a pesar de la derrota ante Brasil (2- 1) en cuartos de final. Todos los muchachitos que vistieron la camiseta de la selección en este mundial, que terminó para Colombia, se erigieron hasta lo más alto de la gloria.
Tanta fue la entrega, la humildad, la hermandad que contagiaron a quienes no sabemos qué es un gol; aun así, gritamos 12 con el corazón, hasta que la garganta ardiera.
Pekerman y los 11 gladiadores llenaron de ilusión, de alegría y revivieron la pasión que hace muchos años la rosca y el favorecimiento entre amistades habían tajado tan raso que nadie sabía qué era un mundial, y mucho menos reunirse en familia para ver un partido de la selección. Hoy, las calles de la ciudad y del país se volvieron mini estadios para acompañar a la tricolor.
Gracias ‘Pibe’, Leonel, ‘Tino’, Higuita. ‘Bolillo’, Dios bendiga ese puño que lo sacó de la selección, gracias a esa dama que puso no el pecho, si no el rostro para salvar la selección. Gracias, mil gracias a usted valiente anónima, gracias a Maturana y a su “perder es ganar un poco”, gracias Ramón Jesurún por hacerse el toche y tener algo de vergüenza, gracias a todos y cada uno de ustedes porque hoy la selección Colombia escribe una nueva historia.
Hoy, olvidamos que desde 1998 no asistíamos al evento más importante del fútbol; hoy olvidamos derrotas, desilusiones y penas; hoy dejamos atrás todo para darle la bienvenida a una nueva etapa del deporte en el país; hoy, me siento orgulloso de pertenecer a esta cantera, de vivir y soñar en esta tierra llena de adversidades. Definitivamente, volvería a esperar otros 16 años, volvería soñar, volvería a nacer aquí.
Ahora viene lo más importante, mantener el grupo, no dejarlo dispersar, mantener el apoyo, mantener al ‘profe’, mantener la ilusión y recibir la derrota como la recibieron los 11 representantes de Colombia en el mundial, con aguante, con decoro, con hombría, con lágrimas.
Gracias, infinitas gracias, Colombia.