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El director nacional del Centro de Autorreconocimiento Afrocolombiano (Cenafro), José Fernando Tapia, analizó los paros, el proceso de paz, las reformas a la salud y a la justicia, y las coyunturas de alteración del orden público para preguntarse, al final, ¿y dónde están los negros? ¿Por qué tan ajenos a la realidad? ¿Por qué tan desentendidos de lo que de una u otra manera los afecta?
Para dar respuestas a sus inquietudes consultó fuentes oficiales e indagó en internet acerca de la composición de las diversas mesas de trabajo y exploró a ver si hallaba presencia de congéneres del pueblo afro en las protestas como actores principales, exponentes, concertadores, involucrados, afectados o partícipes de los factores que concibe comunes a la mayoría de los colombianos.
Al buscar la participación en las protestas y la solidaridad, José Fernando Tapia hizo la autoevaluación “con una pregunta tonta, ¿será que los negros no tenemos nada por lo cual protestar?”.
Según el análisis del dirigente afro los paros que se dieron en el país mostraron la necesidad de regionalizar la producción de alimentos. “En Colombia la comida es algo que siempre tiene demanda en el mercado nacional e internacional, hecho que los negros y las formas organizativas podemos aprovechar”.
La potencialidad de esta población es que está dispersa en el territorio nacional como mano de obra en todos los niveles de formación, disponible y con ansias de trabajar. “Como se necesitan productores, se requieren comercializadores, administradores, etcétera”.
José Fernando Tapia visualizó que los proyectos que inicien deben ser de una productividad de corto plazo, para generar cadenas productivas que involucrarán mayor cantidad de recurso humano calificado, no calificado y en formación.
“En la medida que nos vayamos capitalizando como pueblo, iremos incursionando en otros sectores productivos, de bienes o servicio. La idea no es hacer lo que parezca bueno, sino lo que produzca mayor rentabilidad a fin de ir promoviendo mayores niveles endógenos de competitividad y la posibilidad de un real mejor futuro”, manifestó el director de Cenafro.
Reconoció que esta no es una fórmula mágica, sino que saldrán adelante con trabajo y esfuerzo. “Esto sale adelante reagrupándonos, dándoles visión de empresa a las organizaciones y trabajando mancomunadamente. Este es un hecho que nos puede conducir, de ser un pueblo descapitalizado y económicamente débil, pobre o manipulable, que vive literalmente al precio del mejor postor, que necesite un comodín electoral; a venir a ser un pueblo estructurado, posicionado, potencializado y con expectativas de un mejor futuro, bienestar y desarrollo, que sirva de ejemplo de progreso social”.
