Contraluz.CO Sólo Periodismo
Artículos relacionados
CÚCUTA.- Manuel Fernando Tolosa luchó por mucho tiempo por ser buen futbolista y alcanzó a coronar parte del sueño al llegar a la selección Norte de Santander, categoría prejuvenil, entre el 2002 y el 2003.
Luego, se esforzó por ser comunicador social, se preparó en la Universidad de Pamplona y al cabo del tiempo recibió el título. Entre los panes no tiene quedarse en Cúcuta para ejercer la profesión.
Ahora, se metió en el cuento del tiro con arco. Hace cuatro meses se estrenó como deportista. Viajó a Cali a competir y no estuvo entre los 10 primeros puestos. Regresó a los entrenamientos con una meta: ser de los mejores.
En silencio, sin la alharaca de otras disciplinas, los arqueros cumplen el ciclo de preparación en el estadio General Santander. A un costado de la cancha montan los tableros y disparan flecha tras flecha, bajo el sol, para obtener el punto máximo de rendimiento.
En días pasados, junto a Karime Triana, Cristian Rondón, Edwar Cárdenas y Andrés Velásquez compitieron en el campeonato Inder a 18 metros y volvieron a casa con seis medallas. Buena cosecha si se tiene en cuenta que este “es un deporte nuevo” para los nortesantandereanos.
Manuel Fernando cumplió la segunda salida enfundado en la camiseta rojinegra. “Se agarran experiencia y virtudes”, dijo, y mostró con orgullo las dos primeras preseas plateadas que gana en esta disciplina.
A finales de junio, dirá presente en Medellín para someterse a las pruebas que definen el ranquin nacional y que da cupo para la selección Colombia. Es otro sueño que se ha trazado cumplir. Para eso está seguro se irá para la capital de la montaña a trabajar como comunicador y a prepararse como deportista.
“Este es un mundo diferente” al del fútbol y para lograr éxitos “hay que trabajar duro”. Hasta ahora, se le están dando las oportunidades y no va a dejar que pasen de largo. Trabaja nueve horas diarias repartidas en gimnasio y prácticas.
“Vamos a meterle ganas”, dijo Manuel Fernando Tolosa, agarró el arco, puso una flecha, templó la guaya, apuntó y soltó. El disparo no lo dejó satisfecho. Sigue la rutina. Así será hasta cuando suba rendimiento y esté preparado para ganarse las medallas de oro que se le atraviesen en el camino.
