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Desde la distancia doy fe de cómo usted cambió los asuntos tratados en las charlas de amigos o en las reuniones de cualquier índole.

CARTA A NAIRO. Los cucuteños también ayudamos a empujar la bicicleta

Hola, Nairo. Le escribo desde Cúcuta (Colombia), tierra que también tiene historia ciclística. Por acá, era costumbre que la Vuelta al Táchira transitara, situación que nos permitió conocer a los grandes pedalistas nacionales, Cochise, Pachón, Samacá, Patrocinio, Niño y esa pléyade de deportistas que escribieron con buena letra el nombre del país en el listado de ganadores.

En una época se corrió el C – 100 y traía a los mejores exponentes de la disciplina. En una de esas competencias mi hermano mayor consiguió el autógrafo de Martín Emilio Rodríguez y lo guardó como su bien material más preciado. Por esos años se hablaba de ciclismo y la gente sabía de sillines, marcos, caramañolas, bielas, relaciones, gorras y equipos.

Entre nuestros primeros exponentes destacan Gustavo Rojas Pérez y Antonio Vacca. Escuchar esos nombres en la radio llenaba de orgullo a esta región, así como ahora nos engrifa ver cómo Froome pedalea fuerte para despegarse de usted y no lo consigue.  A esos precursores siguieron otros, entre los que sobresale Álvaro Lozano. Las corridas en solitario por las carreteras europeas vuelven a la memoria con esas gestas suyas para coronar los Alpes, los Pirineos y cuantas montañas se le pongan por delante.

Hoy, verlo coronado en España nos hace pensar que la práctica del deporte en el país sí es posible. Al oír sobre sus comienzos y las peripecias afrontadas para salir adelante lleva a creer que cuando el esfuerzo se junta con el sacrificio, el resultado es el triunfo. Nada se gana sin dedicación, sin el deseo grande de ser el mejor. El ejemplo está tallado con cada pedalazo dado en la bicicleta.

Desde la distancia doy fe de cómo usted cambió los asuntos tratados en las charlas de amigos o en las reuniones de cualquier índole. Primero, un repaso a la etapa del día; segundo, una mirada a la clasificación, y tercero, los asuntos previstos para el encuentro. Los cucuteños estuvieron pendientes de su actuación y empujaron la cicla cuando los rivales partían en pos de la victoria. Por eso, quizás, usted tuvo tantas fuerzas para dar el paseo en la última fracción y esbozar esa sonrisa campesina cargada de humildad, sinceridad y respeto por los demás.

Son muchas las lecciones aprendidas en estos días de competencia y que cualquier ser humano que desee salir avante puede aplicar. Seguro, el Decálogo de Nairo es el siguiente:

1.- Tener confianza en lo que se emprende

2.- Mantener la mirada fija en el objetivo propuesto

3.- Estar pendiente de lo que hace el adversario

4.- Prepararse a conciencia para llegar a la meta como el mejor

5.- Apoyarse en el conocimiento y la experiencia de los compañeros

6.- Aliarse con el que puede llevarlo hasta el triunfo

7.- Mantener el pulso firme para responder a los ataques sin agredir

8.- Tener las mejores palabras para referirse al rival

9.- Reconocer la ayuda ofrecida por los demás

10.- Vestirse de rojo en el momento preciso y llevar esa prenda con orgullo nacional.

RAFAEL ANTONIO PABÓN

rafaelpabon58@hotmail.com

Foto: www.cyclingweekly.co.uk

Sobre Rafael Antonio Pabón

Nací en Arboledas (Norte de Santander - Colombia), educado y formado como periodista en la Universidad de la Sabana (Bogotá), gustoso de leer crónicas y amante de escribir este género periodístico, docente en la Universidad de Pamplona (Colombia) y seguidor incansable del Cúcuta Deportivo.

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