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Eh, ave maría, jugamos bien, pero el Cúcuta Deportivo nos ganó

CÚCUTA.- Luis miró el reloj, levantó los  ojos hacia la mitad de la cancha donde el árbitro Juan Carlos Gamarra ordenaba el inicio del partido. Se santiguó y le deseo la mejor de las suertes al equipo de sus amores. El hincha, como otros 18.000, llegó al General Santander para hacerle fuerza al Cúcuta Deportivo contra el encopetado Atlético Nacional.

El fútbol profesional colombiano se ve bien en domingo. En la capital de Norte de Santander la mañana es familiar. Después del almuerzo, los aficionados, hombres o mujeres, quedan libres para ir al estadio. Hay predisposición, sentimiento, ganas y deseos por ver al elenco motilón.

La fecha de ayer era especial. ‘Los verdolagas’ visitaban la ciudad y aunque no vinieron con la titular la camiseta mete miedo. Faltaron el conocido Macnelly Torres y el goleador Dorlan Pabón. Pero los que trajo Santiago Escobar no desentonaron con la fama.

     

Entre los optimistas que llegaron a los graderíos del escenario de la Diagonal estaban los que daban un empate al encuentro. La paridad les daría tranquilidad, por la talla del rival. Era un partido de los que se meten en el listado de los perdibles.

Los pesimistas llegaron al General con la intención de ver el baile verdiblanco. Querían oír en el gramado las paisas que remataran con el grito de gol. Se daban por bien servidos si los rojinegros no salían goleados.

Otros, aunque nacidos, criados y perjudicados en esta tierra, fueron al estadio con la ilusión de ver jugar al once que recientemente se trajo un holgado triunfo de Uruguay. Cómo no presenciar ese toque, esa magia, esa calidad futbolística. Fueron de civil, ni verde ni rojinegro. Estuvieron camuflados, y solo en las llegadas de los antioqueños se les activó el resorte para ponerse de pie. Tras unos segundos recobraron la compostura.

Los demás, lo hicieron por costumbre. Era domingo y es preferible ir al estadio que quedarse en el barrio jugando billar, o que armar un paseo al río con sancocho incluido, o que permanecer en casa delante del televisor o que visitar los centros comerciales o que ir al templo.

Pocos se arriesgaron a pensar en el triunfo motilón. Los antecedentes no daban para anhelar a tanto. Goleada en Bogotá contra La Equidad, crisis económica en el club y silencio de los jugadores delante de la prensa local. El ambiente no pintaba para soñar.

    

El fútbol es raro y se da sus mañas. Nacional es de los grandes del rentado colombiano. Cúcuta Deportivo es de los chicos. La nómina del visitante supera en cantidad y en pesos a la local. Los jugadores de los verdes van camino del éxito, mientras los muchachos rojinegros buscan mantenerse en los listados criollos.

A veces los pergaminos no son suficientes para alcanzar las metas propuestas. Escobar no creyó en que Juan Carlos Díaz le montaría una nómina sin lujos, sino con ganas de salir adelante. No fue David el que venció a Goliat. Fue Goliat el que menospreció a David y recibió la lección.

En esa batalla escenificada en el General Santander, un hombre salió a tiempo y anotó el gol que esperaban los optimistas para aspirar al empate, y los pesimistas para hacer fuerza el rival y los demás para alegrarse porque lo imposible parecía que llegaba.

En el minuto 23 del segundo tiempo, los aficionados saltaron, gritaron, se embriagaron de dicha. Gol de ‘Falucho’ Herrera y a festejar. “El que no aplauda es de nacional”. Se escuchó la sentencia para invitar a respaldar esa felicidad momentánea. Al final, se convirtió en alegría para incrédulos, rezanderos, afiebrados, escoge partidos, hinchas.

A la salida, la sonrisa de felicidad era amplia. Los comentarios fueron los mejores, lo halagos desbordaron los madrazos de jornadas anteriores, las palmas despidieron a los artífices del triunfo y los vítores acompañaropn hasta el camerino a los ‘davidses’ de la jornada.

Así es el fútbol. Hoy da lo que ayer quitó y ofrece aquello que se espera para mañana. En los registros históricos quedará marcado el 1-0 a favor del Cúcuta Deportivo. Qué importa que los detractores digan que se le ganó al equipo C del Atlético Nacional.

Luis repitió la oración del comienzo del partido. Olvidó los ‘hachepetazos’ contra Bueñaños, Del Castillo, Serrano, Martínez, Suarez, Bolaño, Córdoba, García, Palacios, Martín, Herrera y Juan Carlos Díaz. Abrazó al compañero de tarde y sonrió. “Ganamos, ganamos”.

–         Eh, ave maría, jugamos bien, pero el Cúcuta Deportivo nos ganó – lo dijo el paisa resignado, y regresó a casa para ver el gol por la televisión.

RAFAEL ANTONIO PABÓN

rafaelpabon58@hotmail.com

Sobre Rafael Antonio Pabón

Nací en Arboledas (Norte de Santander - Colombia), educado y formado como periodista en la Universidad de la Sabana (Bogotá), gustoso de leer crónicas y amante de escribir este género periodístico, docente en la Universidad de Pamplona (Colombia) y seguidor incansable del Cúcuta Deportivo.

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