1.-Cualquier observador de la situación local, regional y fronteriza llega a la conclusión que hay, generalizada bilateralmente, apatía, indiferencia y pasividad que saturan el ambiente y afectan el deseo y el anhelo de trasformación y cambio, porque no se capta una gestión asociativa, ni una invitación a la interrelación y a la labor compartida sobre iniciativas y proyectos generadores de empleo y aprovechamiento de los productos y las ventajas comparativas que poseemos.
Además, es increíble que a esta altura del cierre fronterizo -más de año y medio- no se haya designado una Comisión Extraordinaria y Especial para hallar las soluciones que en incentivos, estímulos, mecanismos y reglamentaciones se requieren. Ante esto, es insólito que los centros nacionales de Venezuela y Colombia permanezcan en silencio y sin captar la desocupación y la inseguridad, y sus consecuencias, así como el debilitamiento y el deterioro de la confraternidad por la carencia de diálogo, acuerdos y soluciones.
2.- Lo más grave de esta situación y de ese comportamiento generalizado en la práctica es la ausencia de representatividad multisectorial y de núcleos activos y diligentes a los que se les otorguen la necesaria presencia y participación, porque eso no lo hallan en los partidos, ni en los grupos que han surgido, porque lo que trasciende es dominado ampliamente por los voceros de los agentes del Estado o por los actores grupistas de lo político y lo económico en temas y conceptos que estiman más necesarios y que cuidan y protegen con celo y constante dedicación.
Por eso, y porque en verdad no existe, pese a algunos repetidos intentos, un movimiento regional renovador y constructivo en procura de algo verdaderamente trasformador y productivo, la zona fronteriza no avanza, ni genera situaciones y hechos que den cabida a lo que se requiere, como lo constituye el crear conciencia y motivación sobre la importancia de crear empleo, investigar, innovar, renovar y fomentar la asociación y la labor en equipo, para romper la excesiva centralización y la conveniencia de una gestión administrativa con incentivos, estímulos y mecanismos aplicables al desarrollo.
3.- ¿Cómo empezar? Incuestionablemente, convocando y ampliando la presencia y la participación de los nuevos, sí de los estudiantes y de los hombres y las mujeres que se hallan en los comienzos, en los análisis y potenciales sobre lo nuestro, para que universitarios y estudiantes de uno y otro lado de la frontera se asocien, investiguen, innoven y deduzcan acciones por cumplir, para beneficio mutuo, porque las fronteras hay que entenderlas, más como uniones, que como separadores o límites entre los pueblos. Si así obramos y nos dedicamos con empeño a buscar salidas y alternativas que convoquen el interés de emprendedores, analistas y visionarios, la especial y muy importante ubicación geoestratégica que poseemos – por unir a Colombia y Venezuela, en la mitad del continente americano y entre el Atlántico y el Pacífico- nos llevará por obvias razones y fundamentos a propiciar estimulantes acercamientos y uniones, aprovechando nuestros productos y ventajas comparativas, al pensar laborar y proyectar en opciones y planes sobre lugares del planeta y con iniciativas impulsadoras de productividad y progreso.
Es tan crítica la situación y tan grave y delicado lo existente en lo referido al intercambio y la realidad fronteriza, que el solo hecho de haber trascurrido más de año y medio sin tráfico normal, sin movimientos aduaneros trascendentes y sin una comisión del más alto nivel y conocimientos sobre los pasos que se deben dar, demuestra clara y nítidamente lo poco que representamos ante el concierto de Colombia y Venezuela, cuando aquí lo que se requiere y con carácter urgente son opciones de progreso y desarrollo, que la dirigencia actuante en lo político y la de los cargos y posiciones públicas, no entienden, ni validan, y por eso el silencio cómplice y la carencia de actividades y anuncios que estimulen la investigación en universidades y centros docentes, a uno y otro lado de los límites. Sí hay un silencio cómplice que nos compromete ante el futuro.
JOSÉ NEIRA REY
Foto: www.contraluzcuucta.co