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Los cucuteños tienen dispersa la fe

El Miércoles de Ceniza marca el inicio del tiempo de cuaresma para la Iglesia Católica. El 40 es una cifra cargada de sentido en la Biblia. Cuarenta días duró el diluvio universal, según el escritor sagrado, 40 días estuvo Jesús en el desierto y 40 días tiene la preparación para la Semana Mayor.

“Cuaresma significa ir al desierto con Jesús para examinar la vida, para tomar determinaciones serias de cambio, iniciar ese cambio y concretar en nuestras vidas lo que el Señor quiere de nosotros”, explicó el vicario general de la Diócesis de Cúcuta, sacerdote Carlos Simón Pabón.

¿En estos 40 días qué debe hacer el creyente?

La Iglesia nos pide, primero, que intensifiquemos la reflexión. Segundo, que penetremos los caminos de oración, ayuno y limosna de caridad, que pensemos en lo que es la vida,  en lo que es nuestra contribución  al mantenimiento, al sostenimiento, al respeto de esa vida, y que pensemos en que el mundo está en nuestras manos y que  será lo que nosotros hagamos de él.

¿En qué ha cambiado la Cuaresma con el paso del tiempo?

La cuaresma de hace 100 años y la de hoy siguen siendo las mismas. El proceso de secularización que vive el mundo va haciendo que en el corazón de la gente haya intereses distintos a los del Señor, y esto implica que muchas personas sigan sus intereses y no los de Jesús.

La Cuaresma comienza el Miércoles de Ceniza ¿cuál es el significado de esa celebración?

Significa entrar en una situación de humildad, de sencillez y de reflexión. Antiguamente, a las comunidades llegaban las pestes, la gente moría y la contaminación quedaba en la comunidad. La gente abandonaba esos lugares y con el tiempo volvía, prendía candela a lo que había existido y luego de que el fuego había purificado el sitio volvía a construir, a arar campos, a sembrar y la vida reverdecía. Ese es el sentido del Miércoles de Ceniza, penetrar plenamente los sentimientos de Dios, es un compartir con Él esos trabajos, un entregar nuestro corazón en sus manos, un acoger su palabra con todas nuestras fuerzas.

Otro símbolo es el ayuno ¿qué valor tiene?

El ayuno tiene dos dimensiones. La primera, la que conocemos y que consiste en privarnos del alimento. Tiene connotaciones, incluso, de carácter médico beneficiosas, ayudan al cuerpo a desintoxicarse y si uno aprovecha ese tiempo para reflexionar también desintoxica el alma. Segunda, tiene connotación de abandono de aquello que daña y maltrata nuestra identidad cristiana, odios, rencores y vicios que destruyen nuestra pertenencia a Jesús. Cuando uno abandona eso, entra en situación de ayuno, encuentra la libertad y es feliz.

¿Cuál es el mensaje de la Iglesia en Semana Santa?

La Iglesia tiene dos mensajes. La evangelización debe profundizarse y debe ser responsabilidad de todos. Dentro de esa evangelización, la insistencia en la fe como aceptación de Jesucristo, como vivencia de su palabra, como comunicación de esa palabra, como vivencia de la caridad, manifestación de que somos de Jesús el Señor.

¿Los cucuteños sí saben vivir en fe?

Los cucuteños tienen fe, pero la tienen dispersa. La mayoría cree en Jesús y vive la Iglesia. Los otros creen en Jesús, pero comparten esa fe con hechicerías, brujerías y otras tantas creencias que poco a poco minan el encuentro serio con Jesús y que los lleva al campo de la fantasía y de la magia. Lo que en este momento afecta nuestra fe es combinarla con la magia. Fe y magia son antagónicas, la una excluye a la otra, y cuando alguien quiere vivir ambas, destruye la obra salvadora de la palabra de Dios en su vida.

¿A la Iglesia le cabe alguna responsabilidad por la pérdida de la fe?

Pienso que no. La Iglesia hace cuanto ha tenido que hacer para sembrar la fe en el corazón de la gente.  La historia nos dice que hay épocas buenas para la fe y que hay épocas difíciles. Esta, sin ser la más difícil de todas, es una época que presenta dificultades.

La juventud se ha alejado de Dios ¿cómo acercarla a la Iglesia?

Pienso que la juventud encuentra en el proceso universitario un debilitamiento de la fe. Lo que la familia y la Iglesia construyeron en la niñez se ve dinamitado cuando el muchacho llega a la universidad. Incluso, hay profesores que no dan sus clases sobre la materia que deben dar sino que en todo momento y en toda circunstancia dinamitan la fe de los alumnos. El tiempo pasa, los muchachos se hacen maduros y en la madurez se dan cuenta de que fueron asaltados en su fe, de que les robaron una experiencia maravillosa de sus días y retornan a la Iglesia. Desafortunadamente, en circunstancias aminoradas para tener una experiencia firme de encuentro con Jesús.

RAFAEL ANTONIO PABÓN

rafaelpabon58@hotmail.com

Foto: SADDY WILKER ESTUPIÑÁN

Entrevista publicada en la edición 17 de El Faro

 

Sobre Rafael Antonio Pabón

Nací en Arboledas (Norte de Santander - Colombia), educado y formado como periodista en la Universidad de la Sabana (Bogotá), gustoso de leer crónicas y amante de escribir este género periodístico, docente en la Universidad de Pamplona (Colombia) y seguidor incansable del Cúcuta Deportivo.

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