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Leandro Castellanos, el arquero ganadero

Para nadie es un secreto, el fútbol es una carrera efímera. Para triunfar en ella, hay varios factores, algunos son la dedicación, el buen rendimiento dentro de la cancha y estar alejado de las lesiones. Sin embargo, los deportistas saben que deben emprender en otra actividad que asegure su futuro una vez termine su carrera profesional, y así darle buen uso al dinero que ganan durante los 10 y hasta 15 años que pueden durar jugando de forma activa.

Leandro Castellanos se ha hecho un nombre en el fútbol profesional colombiano y en uno de los puestos más ingratos como lo es el de arquero. ‘Leo’, como le dicen sus familiares, custodia actualmente el arco del Independiente Medellín, pero antes de llegar a la divisa roja, tuvo pasos por Cúcuta Deportivo, Pereira, América y el Cali.

Lo que muy poca gente sabe es que cuando no está tratando de evitar goles en los estadios de Colombia, Leandro Castellanos se dedica a su otra gran pasión: la ganadería. De 28 años, este nortesantandereano, nacido en Toledo, comenzó hace 4 años a trabajar en las labores del campo en compañía de su hermano, Miguel Castellanos.

“Fue un proyecto que iniciamos hace 4 años, porque era un sueño que teníamos desde niños con mi hermano, ya que mi padre tuvo una finca a la que nos llevaba con frecuencia para que aprendiéramos del negocio, pero esa propiedad fue vendida hace mucho tiempo, por lo que nos animamos a estructurar La Castellana”, cuenta el guardameta del ‘poderoso de la montaña’.

El predio está ubicado en la vereda La Palma, en San Cayetano (Norte de Santander). Allí el arquero se ha dedicado a la ganadería de carne y ceba, además tiene tres espacios destinados a la porcicultura, avicultura y la cría de cachamas.

Desde hace 4 años, cuando Castellanos empezó este proyecto, tenía en mente varios objetivos: encontrar un ingreso económico adicional e ir consolidando poco a poco la actividad a la que se dedicará una vez su carrera profesional concluya; esto sin contar con aquello que Castellanos expresa es lo más importante y el verdadero motor que lo impulsa en su vida: su familia. Su trabajo como deportista de alto rendimiento lo obliga a estar alejado para dedicarse a los entrenamientos y a estar en concentraciones, por esta razón ‘La Castellana’ toma mucha importancia, porque se ha convertido en el espacio para encontrarse con los que más quiere y extraña.

“La ganadería es un complemento y un refugio. Es un espacio que tengo cuando quiero estar en familia, además hace parte de mi proyecto de vida”, asegura Castellanos.

A pesar de la distancia existente entre su lugar de trabajo con el equipo de fútbol y el de La Castellana, el golero está siempre muy pendiente de lo que allí sucede. Gracias a la tecnología se entera de todos los movimientos que ocurren en su predio y la constante comunicación con su hermano le permite mantenerse enterado de lo que ocurre a diario.

“Trato de estar muy pendiente, llevo la contabilidad al día, pero el que sabe más es Miguel, porque él está allá casi todo el tiempo, pero gracias a las herramientas tecnológicas, me comunico a diario con mi hermano. Además las nuevas tecnologías nos permiten monitorear y controlar los trabajos que proyectamos para ir mejorando tanto la capacidad como la rentabilidad del predio”, explica Castellanos.

Para el arquero del rojo, ser ganadero hace parte de su proyecto de vida, por eso cada logro que obtiene en su hacienda es igual de importante a sacar su arco en cero y que el equipo gane, pero por el contrario, cuando en su hacienda pasan cosas negativas, la tristeza que siente es similar a cuando el Medellín pierde.

“Lo bueno de ser ganadero está obviamente a la hora de la venta, ver la rentabilidad de peso y el promedio diario de cada animal, saber que estás mejorando al bajar los tiempos de engorde.  Pero lo malo ocurre cuando un animal se enferma o muere, eso es lamentable. Nosotros hacemos un gran esfuerzo por mantenerlos sanos”, señala el nortesantandereano.

Son muchos los amigos y colegas que tiene Leandro Castellanos y en sus temas de conversación durante los entrenamientos y concentraciones, que en ocasiones son muy extensas, hay tiempo para hablar de los sueños, los proyectos y qué van a hacer una vez acabe su carrera. El meta del rojo les ha  hablado de lo que viene haciendo en su finca, a la que le está apostando a que sea autosostenible con el tiempo, sin embargo a muy pocos de ellos les ha llamado la atención.

“Yo he hablado con algunos futbolistas sobre mi proyecto y el negocio como tal, pero esto es como el fútbol, se tiene que sentir pasión por la ganadería para involucrarse en ella”, remata el golero.

DIEGO CASTRILLÓN FRANCO

contextoganadero

 

Sobre Rafael Antonio Pabón

Nací en Arboledas (Norte de Santander - Colombia), educado y formado como periodista en la Universidad de la Sabana (Bogotá), gustoso de leer crónicas y amante de escribir este género periodístico, docente en la Universidad de Pamplona (Colombia) y seguidor incansable del Cúcuta Deportivo.

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