Inicio / Destacado / La televisión en los hogares colombianos

La televisión en los hogares colombianos

CÚCUTA.- Estamos en la universalización, en la globalización y en la
revolución tecnológica y científica que han ofrecido a la humanidad
comodidad y bienestar para hacer la vida cada vez más fácil. La televisión,
sin duda, es uno de los avances grandes del cerebro humano. Un adelanto
tecnológico que desde el siglo XIX ha revolucionado al mundo.
En Colombia, el general Gustavo Rojas Pinilla se dio a la tarea de traer
la televisión a los hogares, luego de ver la develación en la Alemania
Nazi. Luego, nació el Instituto Nacional de Radio y Televisión (Inravisión),
mediante el Decreto 3267 del 20 de diciembre de 1963 y ordenó prestar
servicio público de radiodifusión y televisión a cargo del Ministerio
de Comunicaciones por un establecimiento público con autonomía
patrimonial, administrativa y jurídica.
La televisión es una herramienta de gran utilidad en cualquier hogar. Pero
necesita del adecuado manejo y de la administración cuidadosa, pues
de no ser así se convertiría en arma de doble filo y atentaría contra la
integridad de quien la conduce.
Cuando la televisión no es utilizada de manera indicada y los contenidos
y la programación (muchas veces inadecuados), no son manejados
con prudencia, atenta contra la audiencia. En Colombia, la mayoría
de televidentes es población infantil. Los niños están expuestos a los
constantes ataques y a la guerra mediática de poderes entre las cadenas
privadas RCN TV y Caracol Televisión. Los televidentes son las únicas
víctimas llenándolos de incertidumbre y dejándolos en “el limbo” de la
desinformación.
Los medios de comunicación masiva, denominados el cuarto poder, son
capaces de inducir y atraer la atención del público y de crear posiciones
y perspectivas de acuerdo y a favor, manipulados por exclusivos sectores
de la política en los que la objetividad y la trasparencia son conceptos
relegados al olvido.
La incursión de productores independientes es una alternativa
para encontrar una televisión comprometida con el cambio social.
Lamentablemente, esos esfuerzos son insuficientes para competir con la
industria dueña de millones de débiles mentes en este manoseado país.
La televisión pública ha contribuido con el abandono y la alienación; ha
creado espacios en los que la participación e intervención de sectores
sociales excluidos por las grandes cadenas privadas, tienen la oportunidad
de expresar ideas y ofrecer alternativas garantes y factibles para una
mejor televisión en el país.

¿Qué hacer para competir contra los monopolios políticos dueños de
la televisión en Colombia? Para ganar espacios es necesario buscar
alternativas viables para la construcción de una televisión responsable,
que se encargue de trasmitir y trascender los tres elementos base de la
adecuada televisión: informar, entretener y educar.
Además, crear autonomía en los espectadores, ofreciendo espacios
imparciales sin que haya algún tipo de manipulación que atente contra el
libre desarrollo de la personalidad del telespectador y por último procurar
guiar al televidente a una sana actividad en donde decida que ver y que no
ver, evitando caer y ser víctimas del malévolo espiral del silencio.

Sobre Rafael Antonio Pabón

Nací en Arboledas (Norte de Santander - Colombia), educado y formado como periodista en la Universidad de la Sabana (Bogotá), gustoso de leer crónicas y amante de escribir este género periodístico, docente en la Universidad de Pamplona (Colombia) y seguidor incansable del Cúcuta Deportivo.

Podría Interesarle

REVISIÓN TECNICOMECÁNICA. 60 % de los vehículos, sin actualización

CÚCUTA.- Hasta septiembre, en Norte de Santander, solo han cumplido con la revisión tecnicomecánica, a …

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.