Contraluz.CO Sólo Periodismo
Artículos relacionados
CÚCUTA.- El caracol africano es un animal que a simple vista se ve indefenso y de bonito aspecto. Puede servir para tenerlo como adorno en casas o para que los niños jueguen. El color café, con rústico negro, lo diferencian del caracol tradicional de estas tierras.
La llegada a Cúcuta, específicamente al parque ‘Nicolás Colmenares’, en el barrio La Ceiba, obedece al auge en la cosmetología en la zona de frontera. Era trasportado con fines estéticos para mejorar el aspecto de la piel y el uso podría darse de manera natural o con un proceso químico que se vendía en tarros.
“Esta es una manera de camuflar a esos animales”, dijo Juan Carlos Zambrano Useche, bacteriólogo y especialista en el tema. Ha dedicado tiempo y esfuerzo para determinar si el uso es favorable o desfavorable para los humanos.
El caracol africano puede causar enfermedades silenciosas o asistemáticas, el efecto no es rápido y tarda entre 15 y más años en reflejarse. La baba que produce está infectada por la larva estrongiloidiasis, parásito intestinal, que al tener contacto con los dedos, los ojos o la boca ingresa al organismo. El cuerpo del parásito puede medir entre 0,5 y 0,4 micras, recorre la sangre y llega a habitar en los intestinos o el cerebro.
Causa enfermedades que para los médicos son difíciles de diagnosticar, como la angioestrongiloidiasis que en ocasiones se confunde con apendicitis, porque produce un dolor similar y afecta lentamente los intestinos. Otra es la meningoencefalitis, que recuerda la meningitis, por infección o inflamación de las meninges y la encefalitis, que es la infección o la inflamación del cerebro
El poco cuidado que le han tenido ha llevado a que se extienda por Villa del Rosario, Los Patios y Cúcuta. Zambrano le ha indicado a la empresa de Aseo Urbano que tenga cuidado con la manipulación de esos animales. En un comienzo, los trabajadores no tenían conocimiento y barrían los desechos y los depositaban en bolsas, que luego iban a parar en los botaderos donde formaban nuevos criaderos. Después de la sugerencia la empresa tomó medidas preventivas.
El bacteriólogo ha dedicado horas nocturnas a la recolección por kilos de los caracoles y por la escasez de recursos no ha tenido las normas requeridas para la manipulación y evitar infecciones en el cuerpo. Los recogía en bolsas para evitar la reproducción.
El Gobierno no le ha dado la importancia debida y a pesar de que ha tocado puertas en la Alcaldía y la Gobernación, no ha encontrado respuesta. Corponor ha intervenido de manera poco comprometida. En primeras instancia para la divulgación de la información, pero no han tenido en cuenta la Resolución 654 del 7 de abril del 2011, que indica las normas y el cuidado que deben tenerse con estas especies.
Zambrano ha gestionado recursos y seguir con la investigación. Aunque pocos crean en lo que sucede, el trabajo le da la razón. Una niña de 14 años, del barrio Antonia Santos, es portadora de la larva estrongiloidiasis. Este caso lo lleva a pensar que su teoría es cierta y que las larvas se han expandido.
Las secretarías de Salud y la Gobernación tienen conocimiento, porque les presentaron un proyecto por $ 7000 millones, generarían más de 100 empleos en la erradicación, contratación y manipulación. Las medidas que por ahora deberían tomarse es cambiar el tipo de zona verde, hacer limpieza con agua y jabón y aplicar cal y sal de manera individual a cada especie de caracol que esté en el parque. Para la erradicación total se deben incinerar y no enterrar.
Estas enfermedades silenciosas producidas por animales pequeños pueden generar daños irreversibles. Entre tanto, el bacteriólogo con trabajo y pujanza no ha podido seguir con los exámenes, porque carece de recursos para investigación.
EMERSON DA SILVA
