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CÚCUTA.- A la entrada del Club Comercio, a mano derecha, el visitante puede deleitarse con el mural colorido de 7,50 metros de largo por 2,50 de alto. La obra contiene la historia de la ciudad y cada cuadro representa un especial de Cúcuta. El trabajo es del maestro Jorge Hernández Vega.
- Tengo 45 años de estar en este trabajo. Estudié en Bogotá y Europa. Estoy radicado en Cúcuta. Soy hijo de cucuteños y soy cucuteño. El arte es mi pasión, es mi vida.
Tiene un taller en el que ha preparado a mucha gente. Los alumnos, luego de aprendido el arte, toman por distintos caminos y se independizan para mostrar sus creaciones. El interés del maestro es darle a Cúcuta la relevancia que tiene culturalmente y que ha tenido en el pasar de los años.
La especialización es la pintura, pero en el taller da clases y cursos de modelado, pintura, escultura y tejido. El cúmulo de estudios le produce emoción y placer, satisfacciones que complementa en el hogar por cuanto está casado con una pintora. Trabaja el óleo.
En la Clínica del Riñón hay otro trabajo que habla sobre Tibú, los indígenas y la fauna, es de 3,50 metros de alto por 2,80 de ancho. Eso para Jorge Hernández es representativo, además de las obras que hay regadas en el país. En Bogotá, en el edificio de la Veeduría, hay otro mural sobre lo precolombino. Actualmente, trabaja para revivir el diseño de los indígenas.
¿Del arte se puede vivir bien, maestro?
- No me puedo quejar, mano. Tengo ‘casa, carro y beca’, y tengo mujer, que trabaja en lo mismo. Es difícil, pero no me puedo quejar.
Norte de Santander goza de fama por la buena arcilla que se encuentra. Hernández Vega tiene la concepción que debe dejarse de hacer puros tubos, ladrillos, tejas y todos los elementos que se elaboran, para dedicarse a embellecer la arcilla y darle un planeamiento a la ciudad en el modo estético o de cultura.
En esta dirección, el maestro Jorge Hernández ha estado al frente de seis versiones del Salón del Arte y del Fuego, en la Torre del reloj. En este año la exposición es el homenaje merecido a Adelita González de Yáñez. En la sala hay trabajos de ella como ceramista. Un día se vino de Boyacá para establecerse en Norte de Santander para trabajar con la arcilla.
- Esto se hace con ese sentido, que vayamos aprendiendo que el arte nos tranquiliza el espíritu y que nos da y nos eleva la cultura.
El principio fundamental de la exposición es darle otro uso a la arcilla o al fuego. Hay obras en hierro, pirograbados y otros elementos en los que se puede trabajar con el fuego. Hay dibujo al carboncillo, la explicación es que el carbón está pasado por fuego para que pueda ser lo que es. Por eso entra a competir en el salón.
Los resultados muestran que los cucuteños son creativos y positivos. Solo hay que darles con qué trabajar o decirles cómo llevar los elementos para que se expresen y responden.
¿Cuántos artistas se presentaron para esta versión?
- En el 2017, tuvimos 40 trabajos, y se seleccionaron 16. El jurado hizo la selección. Hay alfarería, tornado a mano que es un trabajo milenario; hierro retorcido, al fuego; parafina, con un rostro sobre cemento; arcilla cocida, representa varios rostros del ser humano; manos como un árbol, escultura en arcilla; representación de una mujer con bolívares, que no tenemos, y algo contemporáneo que son las velitas sobre madera y se le da el planteamiento estético.
El premio para el ganador, en la medida que los artistas le toman interés al Salón, ha crecido en el momento. Antes, se pagaban $ 500.000 y ahora está en un millón de pesos. La organización trabaja con recursos de la secretaría de Cultura de Norte de Santander y del Ministerio de Cultura.
¿En qué se invierten esos recursos oficiales?
- En organizar seis salones anuales, con eso debemos trabajar. Tenemos el respaldo del grupo artístico Salvador Moreno, el más antiguo en Colombia.
¿Qué tanta creatividad hay en Norte de Santander para trabajar estos elementos?
- Hay bastante y no solo en arcilla, también hay en pintura, en talla… Hay mucha creatividad. Lo que pasa es que no les damos la posibilidad de mostrarse y de que sean visibles. Y, además, los cucuteños acuden poco a estas exposiciones.
RAFAEL ANTONIO PABÓN
Foto: www.contraluzcucuta.co
