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CÚCUTA.- Los padres de comienzos del siglo XX se apoyaban en el Almanaque Bristol para ponerles los nombres a los hijos. O los bautizaban como homenaje al abuelo o al tío materno. También, para recordar al ídolo musical, cinematográfico, radial o de televisión. Otros, los hacían sus tocayos para alargar la dinastía.
De un tiempo para acá se pusieron de moda los nombres de personajes extranjeros. Así, abundan en inglés, francés, árabe, italiano, portugués, alemán, griegos y latinos. En medio de ellos está Raisa, para recordar a la señora Gorbacheva, ex primera dama de la Unión Soviética. La diferencia la marcan los apellidos. La cucuteña es Laguado Hernández.
Esta médica, egresada de la universidad de Pamplona y especialista en diagnóstico por imágenes de la UBA y SAR, se prepara en Buenos Aires (Argentina) en imágenes mamarias. En enero del 2019, partió hacia la capital argentina, porque allí encontró buenas opciones para continuar los estudios.
- Es una ciudad hermosa. Al principio, no te atrapa el clima, porque los inviernos son muy fríos y los veranos de mucho calor y humedad. La cultura y la pasión por el deporte terminan atrapándote.
Se siente afortunada, porque vivió el momento en el que Argentina ganó el Mundial de fútbol. Esa ha sido la mejor experiencia que ha tenido. Aparte de las académicas y las que ha disfrutado con la comida diferente a la colombiana. Los desayunos son dulces (medialunas, alfajores y galletas). Los almuerzos, en verano, son solo ensaladas. Eso le pareció lo más difícil en cuestión culinaria. Las frutas cambian con las estaciones y algunas ni saben que existen.
Acostumbrarse a esa cultura, tan distinta a la motilona, no le costó trabajo, pues viajó con un grupo de amigos que se conocieron en la universidad. El trato y la compañía cotidianos los convirtió en familia.
¿De lo vivido qué ha sido lo mejor?
- Lo primero, que el país me haya permitido trabajar y estudiar para obtener mi título de especialista. Y lo segundo, haber estado cuando Argentina ganó el Mundial. Fue algo del otro mundo.
Cúcuta y Buenos Aires son diferentes desde la arquitectura hasta el clima. No hay nada que las asemeje. Si pudiera traer algo de allá para acá empezaría por los vinos; luego, el sistema de transporte (tren, subterráneo y metrobús); después, la amplitud de las calles y la adaptación de semáforos para peatones y personas con discapacidad auditiva.
El ser colombiana no le ha ocasionado malos momentos. Por el contrario, ha recibido elogios por el acento al hablar, por el respeto hacia los demás y por la cordialidad con la que se expresa. Ese es el distintivo con el que demuestra que procede de la Perla del Norte.
¿Cuándo piensa regresar a su tierra?
- La realidad, me gustaría quedarme. Me gusta como se vive en Argentina. La calidad de vida y la tranquilidad son inigualables. Infortunadamente, la economía es inestable. Así que me quedo mientras hago los trámites para homologar mis títulos en Colombia. Creo que, en un año, aproximadamente, estaré de regreso.
RAFAEL ANTONIO PABÓN
