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‘El Tigre Ojeda’, como lo llamábamos cuando estudiaba en la “Nacho”, luce en la foto, más gordo y un poco calvo (tranquilo ‘Tigre’ que el tiempo corre para todos) y si no me equivoco sigue siendo pariente del profesor Elías Awad, aquel inolvidable profesor de bachillerato que al comenzar los 60, en el colegio Fray Cristóbal de Torres de Bogotá, cambió la vida a los adolescentes Guillermo Sáenz y Omar García, al iniciarlos en los vericuetos del materialismo histórico con dos libros que los puso a leer y estudiar: Uno, un libro poco olvidado, o menospreciado, escrito por el gran escritor brasileño Jorge Amado, ‘El caballero de la esperanza’, en el que relata magistralmente las famosas “tres columnas de marcha” comandadas por el dirigente comunista Luis Carlos Prestes, y otro, un folleto mimeografiado y editado por el Partido Comunista Colombiano (antes de la ruptura chino-soviética) escrito por Mao Tse Tung, titulado ‘La Nueva Democracia’. (‘Tigre’, el tiempo lo cambia todo y sin remedio).
En el artículo en comento, ‘El Tigre Ojeda’, después de reseñar las intervenciones de Serpa Uribe, Carlos Lozano y Carlos Arturo Velandia, cuenta que:
“Al término de la intervención de los conferenciantes pedimos respetuosamente a Vólmar Pérez Ortiz, exDefensor Nacional del Pueblo, quien nos acompañó en el foro, sus reflexiones acerca de los temas tratados y fue muy claro al decir que los diálogos de La Habana carecían de un punto que consideraba vital para el éxito de los mismos como es suscribir un acuerdo humanitario entre los actores del proceso que permitieran humanizar la guerra y excluir a la población civil de la confrontación armada”.
Bueno, pues esa muy autorizada opinión en un momento en que el tartamudeo político a gran escala del presidente JM Santos, parece finalmente haber llevado el proceso de paz de La Habana a un inconveniente, o para que me entiendan los yupis de palacio a un “cuello de botella”, es además de lo dicho por los otros conferenciantes, una aguda propuesta que si se toma en serio, podría servir para superar las tres dificultades que se oponen al avance de los acuerdos:
1.- El referendo para la reelección.
2.- La Constituyente
3.- Las elecciones presidenciales.
De paso, corregir el error mortal que impuso el militarismo a la mesa de La Habana de “negociar en medio de la guerra”, así como ayudar a distender el ambiente general para los acuerdos sobre los tres puntos, al aligerar el peso de la guerra de los hombros de la población civil, que a la larga es la más afectada por la confrontación cada día más intensa, así los medios de comunicación del régimen controlados por el Ejército no lo digan o lo oculten.
Es una propuesta correctora que bien podría considerarse seriamente, ahora que JM Santos para sus decisiones de Estad depende más de los lastres reaccionarios de sus antiguos socios políticos y de negocios Cesar Gaviria y Ernesto Samper, quienes con sus pequeñeces e intrigas politiqueras y electoreras impiden que el globo de la paz tome altura. Gaviria, por medio de su hijo “Simoncito” y del irascible Humberto de la Calle, y Samper, mediante “Cristo” y de toda la burocracia que maneja en el Gobierno, los dos afroministros, especialmente el exfiscal Gómez Méndez, quien parece confundir “Solución política del conflicto colombiano con Solución jurídica del mismo”.
También, podrá ayudar a liberar otro lastre o sumisión presidencial, al disuadir a los militaristas a que no efectúen la denuncia hecha por el perspicaz columnista de El Tiempo (y de la propia casa) Enrique Santos el 10.10.2013 sobre un posible golpe de Estado, que se viene fraguando contra el pobre presidente.
Sin embargo, ‘Tigre’, la memoria es tenaz ¿Recuerdas aquella caricatura muy del pensamiento colombiano hecha por Osuna por allá en los 70, en la que aparece el general Camacho Leiva (instaurador de las torturas y del Estatuto de la Seguridad Nacional) respondiéndole al periodista que le pregunta sobre un posible golpe militar, que “no cree que Turbay se atreva”?
Bueno pues hoy, al guardar la comparación, estoy seguro de que la escena es que al preguntarle al minguerra Pinzón qué opinión tiene sobre un golpe militar inminente, responda que “no cree que Santos se atreva” y así, ‘Tigre’, ¿cómo no va a haber un ánimo sombrío?
ALBERTO PINZÓN SÁNCHEZ
