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Rosalind Franklin es una de esas mujeres destinadas al olvido por instituciones y compañeros a pesar de que los descubrimientos cambiaron el rumbo y el sentido de la vida. Fue la segunda de cinco hijos en una familia judía. Siempre demostró aptitud para las matemáticas y la ciencia y un don para los idiomas.
Escuchó a Einstein en una conferencia y decidió graduarse en química, en la Universidad de Cambridge. Los años como universitaria estuvieron marcados por la Segunda Guerra Mundial. En ese laboratorio estudió Isaac Newton y se constituyó el Laboratorio Cavendish, nombre del físico que unificó las fuerzas eléctricas y el magnetismo.
Para permitirles a los lectores de la revista Contraluz conocer a esta científica, la buscamos en las cíberpáginas y obtuvimos esta entrevista virtual.
¿Nombre?
¿Lugar y fecha de nacimiento?
Notting Hill, Reino Unido, el 25 de julio de 1920
¿Padres?
Ellis Arthur Franklin, Muriel Frances Waley
¿Hermanos?
Colin Franklin, Jenifer Glynn, David Franklin, Roland Franklin
¿Oficio?
Investigadora. Biofísica
¿Reconocimientos?
Mi nombre ha sido adoptado por universidades como la Rosalind Franklin University o los prestigiosos premios ‘Royal Society Rosalind Franklin Award and Lecture’ que fomentan la labor de la mujer en el mundo científico.
¿Figuración política?
Algunos me tienen como mito del feminismo, por ser exponente de las mujeres pioneras en el mundo de la ciencia.
¿Por qué cree que la recuerdan?
Fundamentalmente, por mi contribución a las investigaciones que desembocaron en el descubrimiento del ADN. Aunque también destaqué por los estudios relacionados con las microestructuras del carbón y el grafito.
¿Cuándo obtuvo el primer acercamiento con el ADN?
En 1952, use técnicas de difracción de rayos X y conseguí las fotos de más alta calidad de la molécula de ADN.
¿Cómo se filtró su trabajo?
Mi compañero de investigación Maurice Wilkins se tomó la libertad de enseñarle las imágenes a Jame Watson, quien enseguida se dio cuenta del significado y volvió al laboratorio a dar forma al modelo del ADN que presentó junto a Francis Crick.
¿Usted merecía el Nobel?
En 1962, lo recibieron Watson, Crick y Wilkins. Muchos reconocieron mis aportes a esas investigaciones. Pero de ahí no pasó.
¿Qué pasó con sus trabajos en el laboratorio?
Nunca supe que una filtración de mi trabajo había contribuido a desvelar el secreto de la vida. Probablemente, habría logrado llegar a las mismas conclusiones.
¿En qué año murió?
En 1958, a los 37 años, de un cáncer de ovario que pudo ser consecuencia de mi trabajo con los rayos X.
RAFAEL ANTONIO PABÓN
Artículo adaptado de internet
