CÚCUTA.- Más de 300 historias reconstruyeron víctimas del conflicto armado en Norte de Santander. El ejercicio se cumplió durante la capacitación sicosocial organizada por la Unidad para las Víctimas. El objetivo era ayudarles a superar el hecho victimizante.
“Siendo un11 de enero de 2000, mi papá salió a hacer una diligencia a un caserío llamado Cartagenita, se encontró un grupo llamado paramilitares y lo asesinaron dejando sola a su familia, mi mamá y dos hermanos más”. Así comenzó Vilma Gutiérrez el relato de la historia de la afectación que le produjo el conflicto armado.
De allí tocó desplazarnos hacia la montaña para que no fuéramos asesinadas. Entre más días se acercaban más y más y nos tocaba huir, porque al que agarraban lo mataban”. La vivencia hace parte de los más de 300 que escribieron de puño y letra igual número de víctimas en el departamento. Los autores participaron en la Estrategia de Recuperación Emocional y Acompañamiento a las Víctimas del Conflicto.
“Fueron cuatro meses y nueve encuentros. Durante ese tiempo reconstruyeron lo que les pasó, el daño que les causó la violencia”, dijo Carmen Hernández, profesional sicosocial contratada para ejecutar el proyecto en El Zulia. La estrategia se aplicó en 165 municipios colombianos. En Norte de Santander fueron incluidos Ocaña, Teorama, El Tarra, Villa del Rosario y El Zulia.
Cada relato tiene dibujos, fotos y gráficas que los autores anexaron para ilustrar el hecho. Cada uno tuvo libertad para expresar los recuerdos y el dolor.
“Mi historia comienza cuando vivía con mi esposo y mis hijos en Tibú. Una familia trabajadora, con ganas de vivir y salir adelante”, escribió Rosa Pabón. “Un día, unos hombres armados llegaron y nos amenazaron, que teníamos que irnos porque esa era la orden, que ahora ellos eran los que mandaban y nos daban tres horas para irnos, ni un minuto más. Salimos con la mera ropa, mi esposo, mis hijos y yo”
Los escritos fueron expuestos durante la celebración del último en taller sicosocial, en Cúcuta, para un grupo e víctimas. Las historias serán remitidas a Bogotá, donde se recopilan las vivencias en primera persona del conflicto armado.
AYUDA HUMANITARIA
La Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas entregó la última remesa de ayudas humanitaria a Cúcuta, con destino a las víctimas que puedan necesitar este apoyo en casos de emergencia provocadas por desplazamientos
Se entregaron 420 kits con alimentos, útiles de aseo, elementos de cocina y vajillas. Recibió la Secretaría de Posconflicto y Cultura de Paz, en cumplimiento del principio de subsidiaridad que acordó $ 175,1 millones para la capital de Norte de Santander, receptora de víctimas del conflicto armado.
Marx Nocua Ojeda, profesional de emergencia de la Unidad, manifestó que en total se hicieron tres entregas en Cúcuta, con los mismos kits de ayuda.
La dotación se une a los elementos de que dispone el municipio para atender cualquier emergencia que surja por desplazamiento, como lo contempla la Ley.