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La idea no es solo plantar la matica, sino que la cuide y de vez en cuando la saque al sol, le eche agua y vitaminas para que se ponga bonita y florezca. / Fotos: contraluzcucuta

CONVERSACIONES DE ENTRE CASA. “Estaba perdido y lo hemos encontrado”, Centro de Escucha

CÚCUTA.- Este texto tomado de la parábola del padre misericordioso que recibe con los brazos abiertos al hijo que se había equivocado, es el lema del Centro de Escucha y Orientación para la Farmacodependencia, de la Diócesis de Cúcuta.

Monseñor José Libardo Garcés, obispo de Cúcuta, preocupado por las adicciones, comenzó a gestar la idea de abrir un espacio donde muchos jóvenes que estuvieran perdidos en la drogadicción se recuperaran para la familia y la sociedad. Y miró hacia el albergue San José, que nació hace cuatro décadas en la ciudad para atender a la juventud, también con problemas ocasionados por el consumo de drogas.

La estructura requería de mejoras, por lo que los recursos recolectados en las campañas de Comunicación Cristiana de Bienes, del 2023 y 2024, se destinaron para la remodelación. El padre Víctor Manuel Torrado Quintero es el director del Centro de Escucha y lleva año y medio al frente de la obra.

  • Hemos atendido a más de 800 familias como pastoral de la Diócesis que acompaña a niños, jóvenes y familias que han caído en la drogadicción.

El acompañamiento se lleva a cabo mediante un programa ambulatorio, que consiste en ayudar a jóvenes que están en la etapa de consumo social, en uso y no abuso de la sustancia. Es el momento de atacar el daño, por cuanto el abuso lleva a la hospitalización y a la rehabilitación para alcanzar la desintoxicación del organismo.

Los casos fuertes, desde el Centro se articulan con otras instituciones que acompañan en el trabajo. Al hospital Rudesindo Soto, Hogares Claret, Comunidad Cenáculo y Fundación Niños de Papel son llevados los muchachos cuando afrontan inconvenientes por el consumo avanzado.

En el Centro de Escucha se ofrece atención sicosocial y espiritual. El muchacho llega de manera voluntaria. La primera semana es dedicada a la valoración del estado de consumo y los traumas que lo han llevado a ese mundo. Generalmente, detrás del consumidor hay situaciones no superadas en la casa, el colegio, la calle, que lo han inducido a buscar esa “tranquilidad efímera” que ofrece la droga.

La valoración está a cargo del sicólogo y del trabajador social, más el acompañamiento del sacerdote, trabajo que arroja el perfil del muchacho.

  • Si está en uso de la sustancia le empezamos a ofrecer nuestro proyecto, nuestro trabajo. Ellos vienen de 8:00 de la mañana a 12:00 del día. Pasan por terapia de grupo o de familia.

En el proceso de rehabilitación es importante la presencia de la familia, porque, a veces, los enfermos son todos los miembros del hogar. Monseñor Garcés dijo que a los miembros del equipo del Centro les correspondió “una pastoral frustrante”, porque llegan jóvenes con deseos de superarse y esa buena voluntad les dura 15 a 30 días.

En ocasiones pasan por el síndrome de abstinencia no vivido con las herramientas ofrecidas, les provoca recaídas y no regresan. Los profesionales están preparados para afrontar esos momentos y superar las situaciones adversas que aparecen en el camino.

  • Es una pastoral dura, porque mantener al muchacho y llevarlo hasta el final será difícil. Es todo un reto para nosotros.

La ruta para llegar al lugar comienza en las parroquias. Los sacerdotes conocen el problema y envían al joven al Centro de Escucha. Estos muchachos son funcionales todavía, algunos estudian, otros trabajan o han formado una familia. Hay testimonios de esposas que han llevado a los esposos en busca de acompañamiento.

El programa se extiende entre 8 y 12 meses, tiempo en el que se apoya en la reestructuración del proyecto de vida y hacerle entender los problemas que ocasiona la farmacodependencia. Como la vinculación es voluntaria, el servicio que reciben es gratuito.

  • Nos sostenemos desde la Comunicación Cristiana de Bienes, que se desarrolla durante los 40 días de la cuaresma. Hacemos en alcancías y sobres la pequeña colecta, con la que se hace el fondo para pagar los servicios y adecuar los espacios para los muchachos.

A pesar del cuidado en el seguimiento, algunos jóvenes recaen para no levantarse más. En ese momento entran en acción las redes de apoyo y la primera es la familia. En segundo lugar, está la vida espiritual. Tercero, las instituciones de apoyo.

  • La idea no es solo plantar la matica, sino que la cuide y de vez en cuando la saque al sol, le eche agua y vitaminas para que se ponga bonita y florezca.

RAFAEL ANTONIOPABÓN

rafaelpabon58@hotmail.com

Sobre Rafael Antonio Pabón

Nací en Arboledas (Norte de Santander - Colombia), educado y formado como periodista en la Universidad de la Sabana (Bogotá), gustoso de leer crónicas y amante de escribir este género periodístico, docente en la Universidad de Pamplona (Colombia) y seguidor incansable del Cúcuta Deportivo.

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