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La casona, dotada de una capilla y amplios espacios, sirve de albergue para los desprotegidos infantes. / Foto: www.contraluzcucuta.co

ASILO ANDRESEN. Somos un rayito de ilusión en un sol de  esperanza

CÚCUTA.- La Fundación Asilo Andresen cobija a niños en situaciones de vulnerabilidad, maltrato físico y sicológico, abuso sexual, malnutrición y consumo de sustancias sicoactivas, entre otros problemas sociales. Esta entidad sin ánimo de lucro tiene más de 113 años al servicio de los niños en condiciones difíciles y se ha mantenido con apoyo de benefactores (Red Padrinos) que contribuyen con esta labor.

El nombre hace honor a los donantes y fundadores, Teresa Briceño de Andressen Moller y Christian Andressen, quienes decidieron que esta vivienda de la avenida 4 entre calles 17 y 18, en el barrio La Playa (Cúcuta), fuera el hogar de niños huérfanos. La casona, dotada de una capilla y amplios espacios, sirvió de albergue para los desprotegidos infantes.

La obra de los esposos Andressen fue alentada por las Hermanas de la Caridad Domínicas de la Presentación de la Santísima Virgen, que tenían la idea de fundar un asilo para niños huérfanos. La misión la desarrolló, desde 1904, la reverenda madre Natividad, superiora de las Hermanas de la Caridad del Hospital San Juan de Dios.

Hasta 1997, el asilo funcionó como internado, luego, ajustándose a los lineamientos de La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN, en inglés CRC), se decidió que sería seminternado.

La responsabilidad del Asilo le fue cedida al obispo de la Diócesis de Cúcuta, monseñor Víctor Manuel Ochoa, presidente de la Fundación, con el fin de garantizar que se continúe la obra de las Hermanas. La dirección y representación legal quedaron en manos  del padre José Elver Rojas.

La Fundación Asilo Andresen, por los niños y adolescentes, tiene como “somos un rayito de ilusión en un sol de  esperanza”. Cumple con el propósito al tratar la situación de vulnerabilidad de cada niño, interviniendo de manera individual y grupal con acompañamiento sicológico y atención en nutrición, trabajo social y terapia ocupacional. Espiritualmente, un capellán los guía y sigue de cerca el proceso de todos.

Para llevar a cabo cada actividad, el sostenimiento de la estructura física y solventar los pagos del recurso humano, la Fundación necesita de la contribución económica de la ciudadanía. Jenny Tobito, auxiliar administrativa del Asilo, informó que hay 100 niños favorecidos. El Asilo espera más benefactores para prestar mejor atención y tener capacidad para recibir  más niños, sobre todo en medio de esta crisis fronteriza.

Los directivos anhelan abrir más cupos para niños y adolescentes que afrontan escasez en medio de la migración proveniente de Venezuela. En cada Parroquia, instituciones educativas, medios de comunicación y centros comerciales se han dejado alcancías para que cada fiel y asistentes a esos sitios hagan los aportes.

Cada contribución es de gran ayuda para el sostenimiento de un niño. En tiempo de Cuaresma la generosidad ha de ser de los primeros valores que se deben practicar para asemejarse a la persona de Cristo.

PRENSA DIÓCESIS DE CÚCUTA

Sobre Rafael Antonio Pabón

Nací en Arboledas (Norte de Santander - Colombia), educado y formado como periodista en la Universidad de la Sabana (Bogotá), gustoso de leer crónicas y amante de escribir este género periodístico, docente en la Universidad de Pamplona (Colombia) y seguidor incansable del Cúcuta Deportivo.

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