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Charla con… Herodes. “Había que conjurar la profecía mesiánica”

En esta fecha hay un hombre que merece atención por su participación en la historia antigua de la humanidad. Mucha gente lo nombra, lo recuerda y hasta lo odia, pero no sabe de quién se trata. Entre algunas de sus tretas para mantenerse en el trono trató de engañar a los reyes magos para que le llevaran razón sobre el lugar donde había nacido Jesús. Los sabios de oriente intuyeron las intenciones del rey y regresaron por otro camino. Luego, mandó matar a los niños menores de dos años, porque   “había que conjurar la profecía mesiánica”. Por considerar de suma importancia conocerlo de cerca, lo hemos contactado.

Señor don Herodes, gracias por responder. Solo vamos a quitarle unos minutos.

Tranquilo, hágale. A esta edad le agradezco que me haya tenido en cuenta para sus entrevistas virtuales.

¿Cómo es su nombre real?

Herodes, más conocido como Herodes el Grande o Herodes I.

¿Cuál es su carta de presentación?

Fui rey de Judea, Galilea, Samaria e Idumea desde el 40 a. C. hasta mi muerte, en calidad de vasallo de Roma. Nací en Edom y morí en Jericó. Me enterraron en Judea (Israel).

¿Cuántos hijos tuvo?

Dos, Herodes Antipas y Herodes Arquelao. Mi padre fue un idumeo y mi madre una nabatea.

¿En realidad quién era usted?

Un palestino de cultura helenística dedicado al servicio de Roma, que dominaba Palestina desde que fuera conquistada por Pompeyo (63 a. C.).

¿Cuál fue su primer cargo?

Gobernador de Galilea (47). Posteriormente, me nombraron «tetrarca» para dirigir las relaciones de Roma con los judíos (41).

En ese segundo puesto no le fue bien ¿por qué?

Tuve que huir ante el ataque de los partos, que apoyaban en el trono a Antígona, la última reina de la dinastía de los Asmoneos o Macabeos, representante de la resistencia judía contra la dominación política y cultural del Occidente grecorromano.

¿Cómo llegó a ser rey de los judíos?

En el año 40 a. C. el Senado romano me dio ese título honorífico por indicación de Marco Antonio.

¿Y cuál era la misión?

Simple, recuperar a Judea de manos de Antígona. La tarea duró tres años, hasta que conquisté a Jerusalén y de paso decapité a Antígona (37).

Usted no fue un rey popular ¿por qué?

Mi ilegitimidad dinástica y mi indiferencia religiosa me hicieron impopular entre los judíos, especialmente frente al partido religioso ortodoxo de los fariseos.

¿Qué hizo para imponerse?

Establecí un régimen basado en el terror, con una persecución sangrienta de la antigua familia reinante, que incluyó el asesinato de mi esposa asmonea, mi suegra, mi cuñado y tres hijos.

¿Hasta dónde lo llevó esa obsesión por consolidar su posición en el trono frente a posibles pretendientes?

Hasta la ‘degollación de los inocentes’. Ese episodio lo narra Mateo, en el evangelio. Fue un buen cronista de la época. Ojalá muchos aprendieran de sus relatos.

¿En qué consistió ese hecho?

En la matanza de todos los niños menores de dos años nacidos en Belén, para conjurar la profecía mesiánica según la cual había nacido en aquella ciudad el que habría de ser rey de los judíos, Jesús.

¿Cuál fue su mayor cualidad para gobernar?

Fui un rey hábil. Supe eludir la participación en la batalla de Actium, lo que permitió que Augusto me mantuviera en el trono después de la victoria, con autonomía política prácticamente total a pesar de ser vasallo del Imperio.

¿Entre sus obras cuáles enumeraría?

Defendí eficazmente el reino frente a los ataques de partos y árabes; construí ciudades y fortalezas; embellecí la capital; respeté las costumbres locales y comencé la reconstrucción del Templo de Jerusalén.

¿Cómo quedó ese reino suyo al morir?

Al morir dejé el reino dividido entre mis hijos: Judea, Samaria e Idumea para Arquelao (destituido dos años después por el gobernador romano Poncio Pilatos), y Galilea y Perea para Antipas (el que, según los Evangelios, eludió juzgar a Jesucristo cuando se lo envió Pilatos).

¿Quién continuó con la dinastía?

Mi nieto Herodes Agripa I. Fue el último rey que gobernó sobre la totalidad de Palestina y el que, según los Hechos de los Apóstoles, hizo encarcelar a San Pedro y condenó a muerte a Santiago el Mayor.

A su bisnieto no le fue bien en el trono…

No, qué va. Bajo el régimen de Herodes Agripa II estalló la rebelión de los judíos que llevó a la destrucción de Jerusalén por Tito y la anexión de Palestina a Siria como provincia romana (70 d. C.). Ahí termina la historia. Gracias por la llamada.

(Texto adaptado de Herodes I el Grande. Biografías y vidas).

RAFAEL ANTONIO PABÓN

rafaelpabon58@hotmail.com

Ilustración: obrerofiel.com

 

Sobre Rafael Antonio Pabón

Nací en Arboledas (Norte de Santander - Colombia), educado y formado como periodista en la Universidad de la Sabana (Bogotá), gustoso de leer crónicas y amante de escribir este género periodístico, docente en la Universidad de Pamplona (Colombia) y seguidor incansable del Cúcuta Deportivo.

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