1.- En toda estrategia preparatoria y para cualquier plan, programa o proyecto de cualquier alcance, importancia o referencia, lo esencial radica en definir previamente la factibilidad y la viabilidad para estructurar e iniciar las bases y los sustentos de su desarrollo. A nivel de lo nuestro – sí, de la región y de lo atinente a la frontera – ¿Hay una suma de factores, índices o indicadores sobre los cuales puedan cimentarse argumentaciones, conceptos, iniciativas y anhelos, sobre lo que realmente nos permitirá salir del letargo y dar comienzo a una auténtica y verdadera trasformación? ¿Hay alguna entidad – pública o privada – que esté haciendo acopio, confrontación y evaluación de lo que prioritariamente requerimos en lo regional y fronterizo y no podemos seguir esperando para no sucumbir ante la competitividad y el avance de otras áreas y zonas? ¿Qué orientaciones y sobre qué parámetros rigen y determinan ese accionar?
Es bueno y valedero formular estas consultas, porque llegó la hora de evitar más improvisaciones y de obrar bajo el tanteo, aproximación y cálculo caprichoso del dirigente de turno o de la rosca que intenta dominar el andamiaje, en procura de ventajas individuales o de grupo, pero sin cavilar siquiera sobre lo general y lo colectivo, ni comprender lo que acontece. Además, porque conformar y dar aliento a una nueva vida en lo regional y fronterizo exige, incuestionablemente, cambios y un encuentro con la realidad, sin olvidar la verdad y la proyección de lo que hay y se insinúa o puede ocurrir al corto, mediano y largo plazos.
2.-Quienes por alguna razón o motivo han llegado a los niveles de dirección o comando, generalmente, olvidan sintetizar el proceso de lo que hallaron, hicieron y dejaron parcialmente o terminado. Además, son muy pocos los que adelantan y dejan algún seguimiento sobre lo que se cumplió y sobre lo que aún depende del lleno u obtención de otros factores o auxiliares. Y esto que parece simple, obvio y naturalmente consecuente, no se observa, ni se valora, como si el compromiso de servirle a la región y a la frontera fuera tan solo el período de vinculación a un cargo o función de privilegio o el simple trascurrir, pero sin hacer o dejar nada. Y esto que es doloroso y cuestionable es indispensable destacarlo y otorgarle relieve a esa actitud y conducta, porque el extravío de las buenas intenciones y la continuidad de empeños, si se precisaran, sumaran y contabilizaran demostraría plenamente el origen o la causa de nuestra falta de datos, organización y fijación de derroteros. Díganlo si no, lo que ha ocurrido con la agricultura, la minería, la ganadería, el comercio mayoritario y al por menor, junto a la composición y características de lo asociativo o colectivo-especialmente en la actividad mercantil, de lo fronterizo-con los impresionantes datos, de lo individual y lo colectivo.
3.- ¿Se está actuando en lo comercial, agrícola, minero, ganadero, industrial y de servicios como integrantes de un compromiso serio y de una labor en equipo? ¿Pueden la región y la frontera funcionar evolutiva y constructivamente sin una concatenación y plena comprensión de la solidaridad y la compaginación, que debe existir con los pares inmediatamente vecinos? Si en lo nacional, los departamentos centrales y la Costa Atlántica han constituido bloques integrados ¿por qué, la apatía, el celo y hasta la desidia e indiferencia en lo nuestro? ¿La falla o vacío radica tan solo en la composición de los directorios políticos, juntas gremiales, consejos profesionales y laborales o la mayor dificultad, causa y consecuencia, está en la informalidad del compromiso por la falta de identidad, espíritu de pertenencia y solidaridad en lo familiar, formativo -desde la escuela y el colegio- la universidad y la noción empresarial y de trabajo? ¿Hay claridad y sinceridad en cuanto a la integración colombo-venezolana? ¿Qué es lo que no camina, limita o detiene la marcha? ¡Sí , hay que hacer algo más y pronto!
JOSÉ NEIRA REY
Notas al margen