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CÚCUTA.- El fuego deportivo, que alumbró a Cúcuta durante el último mes, se apagó en la noche del 2 de diciembre. El pebetero instalado en la tribuna Norte del coliseo Toto Hernández exhaló la última llama y se extinguió para despedir a los participantes en los III Juegos Paranacionales.
El espectáculo montado para decirles hasta luego a hombres y mujeres que buscaron la gloria en fútbol, basquetbol, tiro, billar, atletismo, boccias y otras disciplinas, se caracterizó por la sencillez. Obras de teatro, equilibristas, bailarines y cantantes deleitaron los miembros de las delegaciones y a los escasos cucuteños que participaron en la ceremonia.
Tolima recibió la responsabilidad de organizar la cuarta versión de estas justas, que reúnen a deportistas con limitaciones auditivas, visuales y físicas, especialmente, pero que no se amilanan ante las barreras que tienen para desarrollar un deporte.
“Con talento y voluntad todo es posible”, dijo el presidente Juan Manuel Santos en el mensaje enviado a los atletas reunidos en la Toto y cuya condición de discapacidad no fue obstáculo para lucirse.
Los fuegos pirotécnicos no alcanzaron el esplendor del espectáculo de la inauguración, pero emocionaron a los participantes en el acto, que guardarán en la mente este momento como una experiencia preciada e inolvidable.
La televisión trasmitió al país, en directo, la alegría de los deportistas. El desfile de las banderas de los departamentos abrió el acto de clausura de los Juegos 2012. Cúcuta volcó el potencial humano, técnico, administrativo, gubernamental y directivo a favor de la noble causa del deporte.
La melancolía invadió al escenario cuando entre luces, danzas, música y arte fueron despedidos los Juegos, que pasarán a la historia porque reflejaron la igualdad entre lo convencional y lo paranacional, y ofrecieron idénticas oportunidades, importancia, desarrollo y atención.
Así quedó reflejado en los esquemas del cierre entre fiesta y protocolo, con homenaje a los atletas y a los voluntarios y el premio a los reyes de la prueba de maratón con la cual cayó el telón de los Paranacionales.
La bandera de Coldeportes, el compromiso para la siguiente cita, se le trasladó al Tolima que con bunde y sanjuanero recibió el honor y el compromiso.
El fuego deportivo regresa a la Sierra Nevada de Santa Marta, a Nabusímake, donde nació hace mes y medio y donde volverá a reposar hasta las siguientes justas.
“Concluyen días de sueños y de esfuerzos, días de dura disciplina, de entrega, porque el deporte es alimento para el alma, templa el carácter y enaltece el espíritu”, dijo el presidente Santos.
