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Para un plazo no superior al que cumple, hasta el 12 de enero, Norte de Santander y Pamplona -obviamente, por constituir la sede y la obligante referencia, al propósito, que sintetiza su expresión –tendrá que tener definida la suerte futura de un mecanismo e instrumento básico para la cultura regional, como sin lugar a equívocos -lo representa y define: La Universidad de Pamplona. Y, porque en la región, en muy diversos ordenes y prioridades hay que hacer mucho y reorientar empeños hacia prospectos más convergentes con las soluciones que necesitan las situaciones apremiantes que se hallan en la etapa de las : propuestas, confrontaciones, evaluaciones, conclusiones y realizaciones, es conveniente, que un motor docente y un ente de tanta importancia, como lo es la Universidad de Pamplona, logre plenos entendimientos y a la Rectoría, se le otorgue la atención y merecimientos, que para el buen suceso de su misión y tarea, le corresponde poseer. Y, así, quien, conduzca el timonel, pueda guiar a buenos destinos, todo lo que involucra ser coautor de la búsqueda de un nuevo porvenir, para una de las regiones más abandonadas de Colombia, como es la que conforman e integran los Departamemntos del Nor-Oriente de la República.
La Doctora Esperanza Paredes, que llegó, en uno de los períodos más complejos de sus desenvolvimientos, le ha correspondido -y, con éxito – asumir el riesgo de enfrentar situaciones, que se hallan en procesos de reestructuración y de muy difíciles etapas de manejo presupuestal y financiero, que exigen a su vez, la protocolización de las secuencias que son indispensables, para dar mayor firmeza y arraigo a planes ,programas y proyectos, que son múltiples en las organizaciones universitarias, porque no son solo los estudiantes matriculados, los únicos, que se benefician o afectan según el manejo de parámetros sujetos a rigor técnico y académico, sino toda la población que recibe el influjo y aliento ,de ese motor docente, ilustrador e impulsor , como debe ser y demostrarlo : toda universidad. Y, en especial, cuando vivimos, uno de los momentos de mayor responsabilidad y compromiso, con toda la humanidad.
Por ello y teniendo en cuenta todo lo que concierne y da vida a la Universidad de Pamplona, es apenas natural, que el Concejo Directivo y quienes –por acciones directas e indirectas – ejercen influencia e injerencia en la región, coadyuven a cimentar y establecer derroteros de progreso, evitando las corruptelas de acomodo y ajuste, que en muy diversos campos y medios pululan, a la caza de posiciones y en procura de manejos, que no pueden ser llevados por atajos, como lo acostumbran quienes a base de canonjías y proclamas politiqueras, aún no entienden, que el Norte de Santander y las fajas territoriales que colindan con Venezuela. ameritan un cambio y enfoque revitalizador y ejemplarizante, para dar cabida a derroteros de complementación y aprovechamiento mutuo, como lo insinúan y reafirman permanentemente las iniciativas que propugnan por un mejor aprovechamiento de nuestras riquezas naturales y el hallazgo de acuerdos y coparticipaciones conjuntas, para que en la frontera común, hayan mas disponibilidades y acciones, que permitan incrementar las fuentes de empleo y capacitación, para que la labor hacia empeños, más trascendentes y más competitivos, domine y modifique el ambiente.
Ojala, el buen juicio y un análisis bien ponderado de realidades predomine, para que la Universidad de Pamplona –y, los demás núcleos académicos, así como los gremiales, profesionales y laborales, valoren y dimensionen. con: identidad, espíritu de pertenencia y visión de futuro, todo lo que deduce e infiere ese motor cultural y de nueva vida, que tiene por asiento a la “fundadora de ciudades “. Sí, la Universidad de Pamplona, como todas las Universidades, tiene que matricular el optimismo y velar y dar respaldo a la innovación y el emprendimiento, teniendo siempre en mira, que un proceso de transformación y cambio, como el que requerimos entre nosotros, no se logra, si en los cuadros de comando, no hay: capaces, buenos, honestos, perseverantes y eficientes conductores, dispuestos a dar la batalla, por el progreso
José Neira Rey
