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CÚCUTA.- Hacer un análisis serio e imparcial de los primeros 100 días de gestión del Alcalde de Cúcuta, implica revisar el Plan de Gobierno propuesto, examinar el cumplimiento de las principales actividades por desarrollar en este espacio de tiempo segúnla Dirección Nacional de Planeación (DNP) y, por supuesto, el avance percibido en los ejes cruciales de la actividad vital citadina.
El Plan de Gobierno de Donamaris Ramírez está publicado en la página web de Civismo en Acción, consta de 260 páginas y arranca con un ¡Así se hará! De manera amplia explica por qué, para qué, por quién, en dónde y cómo ejecutará su propuesta de una Cúcuta para grandes cosas. Paso seguido, define la tarea principal o fundamental que acertadamente es el mejoramiento de la calidad de vida de quienes habitan la ciudad. Después, precisa las cinco tareas específicas, comenzando con la familia y su entorno, seguido por la generación de empleo y el trabajo permanente, luego los recursos naturales, el medio ambiente y la movilidad; más adelante trata sobre las alianzas estratégicas nacionales e internacionales y finalmente se compromete con el tema del desarrollo institucional.
De la misma manera me parece conveniente, dentro de este respetuoso análisis, traer a colación un manual elaborado por el DNP en el que define las actividades prioritarias de los primeros cien días de los administradores municipales. Dentro de ellas destacan, la posesión, la conformación del gabinete, el informe de gestión del empalme, la formulación del plan de desarrollo, las relaciones con el Concejo, la atención a la población víctima del conflicto y la primera infancia, los posibles esquemas asociativos con otros municipios, el inicio de los procesos de contratación, verificar el estado de las demandas contra el ente territorial y los informes que obligatoriamente debe presentar el Alcalde.
Sobre estos dos tópicos podríamos examinar la actuación, en este corto espacio de tiempo, del señor Alcalde. Por un lado, y con relación a su plan de gobierno, tenemos que decir que es completo, si algo hace falta, a primera vista no se nota. Tener como prioridad la calidad de vida de los cucuteños es lógico, vaya usted a saber si los vendedores ambulantes, los comerciantes, los gremios, los contratistas y quienes conducen un vehículo en Cúcuta sienten que su calidad de vida ha mejorado en estos tres meses.
En relación con los cinco frentes específicos, me atrevo a decir que, en el tema de la familia él es un ejemplo, ha involucrado, por lo menos en el tema mediático, a su esposa y a su hijo y comparte con ellos en público. En cuanto a la generación de empleo, hay que reconocer que el impulso a la construcción de 5000 viviendas en la ciudadela los Estoraques es una realidad, buen comienzo en el tema del empleo. En cuanto al medio ambiente y la movilidad, creo que se raja y con baja nota. Recordemos que el plan de gobierno explica lo que se debe entender por espacio público, haciendo énfasis en las bahías de parqueo público, tema en el que se contradice al pedir y recibir autorización del Concejo para concesionarlas. Esto no es óbice para reconocerle el principio de autoridad logrado en la recuperación de zonas vitales de la ciudad, de las que se habían apropiado los comerciantes informales.
En cuanto a las alianzas nacionales e internacionales se observa el esfuerzo de invitar a “posibles” inversionistas para desarrollar temas como las 20.000 viviendas y el saneamiento básico. Finalmente, sobre el tema del desarrollo institucional, entendemos que es un proceso que requiere de tiempo y que el valor de efectuar algunos traslados de funcionarios que se creían dueños de los puestos, es buen comienzo.
Ahora, al revisar la lista que sugiere el DNP, acerca de las actividades prioritarias que debe ejecutar un Alcalde en sus primeros cien días, al cotejar cada una de ellas, con sinceridad encontramos algunos aciertos y otros desaciertos. Acerca de la conformación del grupo de trabajo, aunque en un comienzo creímos que se estaba rodeando bien, con el pasar de los días se siente que en ese equipo hay secretarios y asesores de primera o cercanos, colaboradores comprometidos, consejeros lambones y sumisos y algunos secretarios nombrados para cumplir compromisos por apoyos políticos, que no son más que invitados de piedra y que cuando no soporten más los desprecios y el mal trato, generarán la primera crisis del gabinete. Esto será más temprano que tarde.
En cuanto a la formulación del Plan de Desarrollo para los próximos cuatro años, se puede decir con franqueza que se ha convertido en un gran secreto manejado exclusivamente por un selecto grupo de asesores, desconociendo a los gremios, las fuerzas vivas y hasta al mismo Secretario de Planeación. Nos parece equivocado pretender que un plan de cuatro años prime sobre un plan estratégico a largo plazo que está obligado a hacer y que hasta ahora desconoce de forma por demás, olímpica. En este tema de la planeación, valdría la pena que revisara su compromiso escrito con la renovación urbana, que es contraria a la expansión indiscriminada de los límites urbanos en detrimento de la calidad y el costo de los servicios públicos y por ende de la movilidad de quienes van a obligar a vivir muy lejos del centro vital.
En el tema de las relaciones con el Concejo, se percibe un raro ambiente en donde en un comienzo logra el Alcalde consolidar una mayoría con menos uno y donde poco a poco crece el descontento entre los cabildantes pensantes, que se resienten de un trato displicente y a veces descortés, que seguramente generará un fuerte grupo de oposición que en el futuro le va a causar serios tropiezos a su enorme culto al egocentrismo y al exagerado amor a sí mismo, también llamado narcisismo.
En cuanto a los procesos de contratación, nos parece que más bien han sido procesos de des-contratación, con ejemplos claros como la declaratoria de nulidad de las cuatro licitaciones que había adjudicado el 29 de diciembre de 2011 la administración anterior, así como la finalización de la concesión del aparcadero de Tránsito Municipal, sin mencionar los enormes tropiezos con el aval para el desembolso de los $20.000 millones con Bancolombia.
Por último, ‘brilla por su ausencia’ la iniciativa municipal con respecto a la sostenibilidad fiscal del municipio, dado el cúmulo de equivocaciones en la aplicación del ajuste catastral y el cobro del predial, sin olvidar el enorme compromiso de cumplir con un plan de desempeño so pena de recibir el castigo de tener que acogerse a la Ley 550 de 1999, lo que restringiría el campo de acción del Alcalde y sus colaboradores. Nos queda, eso sí, la esperanza de que rectifique y piense un poco más en Cúcuta y en los cucuteños que en él y sus ‘amiguirris’.
ALEJANDRO CANAL LINDARTE
