CÚCUTA.- Cientos de campesinos nortesantandereanos cumplieron el sueño de llegar a la ciudad con productos de primera calidad para satisfacer las necesidades de los compradores. La meta del segundo mercado se tasó en $ 300 millones y las ventas superaron las expectativas.
En la Plaza de banderas se reunieron representantes de cada municipio para participar en la actividad y puesta en marcha de la iniciativa. El objetivo es brindar un espacio para que los 342 campesinos de 23 municipios aprendan a vender las cosechas y consigan beneficios rentables.
El gobernador Edgar Díaz recorrió la plaza y dijo que “es el mejor ejemplo de trabajo en equipo y de apoyo mutuo”. El mercado es un escenario para facilitar la integración del agricultor con los potenciales clientes. Mediante la alianza se desarrollan estrategias que fortalecen a los labriegos.
La paz comienza con ofrecer herramientas necesarias a los granjeros, la posibilidad de brindar ambientes educativos, mejorar las escuelas, tener acceso a la tecnología, la rentabilidad de las tierras y la comercialización de los productos. “De esa manera podríamos evitar los brotes de violencia y los inconformismos”.
Yesid Toloza Yáñez, secretario de Desarrollo Económico, agradeció a los cucuteños la vinculación al mercado. Los campesinos llegaron a Cúcuta con hortalizas, legumbres, tubérculos, frutas, pescado y carne.
El tercer encuentro, el 21 de diciembre, se tomará juramento a la Asociación de Pequeños Campesinos, con un aproximado de 800 integrantes, con el fin de brindarles oportunidades de comercialización directa y generar mayores ingresos.
Abimael Bacca, representante de la Pastoral Social Diócesis de Cúcuta, rescató la participación de agricultores provenientes de distinto lugares de la región y la respuesta de los ciudadanos a la actividad que permitirá mejorar las entradas y ofrecer los productos.
Los comandantes de la Policía de Norte de Santander, coronel Eliécer Camacho, y de la Fuerza de Tarea Vulcano, coronel Javier León, señalaron que la iniciativa es importante para el desarrollo del sector rural, que tiene la posibilidad de conseguir el sustento diario y un modelo de vida en crecimiento que ayuden a cientos de familias rurales a no pensar en formar parte de esos grupos que alteran la convivencia ciudadana.