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CÚCUTA.- Daniela tiene 12 años, ‘Colombinita’, 8. Las dos, casi siempre, llegan al mismo sitio con misiones diferentes. Daniela entra seria, vestida como cualquier niña; ‘Colombinita’ aparece sonriente, dulce, tierna. Las dos conviven, se soportan, a pesar de la diferencia en las personalidades. Daniela no tiene edad para maquillarse el rostro; ‘Colombinita’ lleva las mejillas pintadas de rojo, con pecas negras y figuras geométricas blancas.
Daniela es la niña juiciosa que va al colegio a aprender matemáticas, lenguaje, sociales, religión; ‘Colombinita’ en la pequeña payasita que complementa el espectáculo de ‘Torombolo’, su padre, y la encargada de arrancarles carcajadas a niños y adultos en las fiestas. En las presentaciones domina ‘Colombinita’, y cuando terminan aparece Daniela para regresar a casa a hacer tareas.
Daniela se llama ‘Colombinita’, porque es hija de ‘Chupetica’. Así lo decidieron en casa cuando tenía 4 años y mostró las dotes para la actuación. Hoy, es parte fundamental en cada función. Se sabe el repertorio de chistes y conoce el diálogo que recita con gracia y voz consentida.
Para completar la dulzura de la familia, la hermana de llama ‘Bomboncito’ y el hermano ‘Torombolito’. De esa manera no queda nada amargo por fuera y todos empujan el carro de los confites para el mismo lado.
“Desde un principio siempre tuve ese talento”. Lo reconoce sin ruborizarse, sin titubear; todo lo contrario, lo hace con propiedad de artista y con convicción de personaje circense. Esta condición, al tiempo que la disfruta, le ha servido para el estudio y para expresarse en público.
Está segura, eso sí, de que “mi vida es ser payaso”. Si no hubiera tomado este camino de la actuación, sería una niña normal que vive de sueños infantiles. “El ser payaso me sirve para mi vida diaria”. Cursa séptimo grado y los compañeros de curso se acostumbraron a compartir con Daniela, en los momentos ceremoniosos, y con ‘Colombinita’, en los ratos de alegría.
El momento en el que se pone seria y deja las payasadas a un lado ocurre cuando asume el papel de estudiante y debe cumplir con los deberes que le imponen los profesores. Aunque, “seria, seria, nunca soy. Soy alegre, nunca estoy triste, siempre tengo una sonrisa”.
En el colegio viste el uniforme, en la calle los pantalones y las blusas de niña y para trabajar tiene nueve vestidos. El que más le gusta es el de camisa blanca con cuello multicolor, falda pintoresca, medias rosadas con figuritas, botas y sombrero. Así luce cómoda para actuar y hacerle la segunda a ‘Torombolo’, que lleva en estas lides más de cuatro décadas.
La cara la lleva pintada como ha sido costumbre en casa. Los cinco miembros de la familia se la maquillan igual. “Yo soy con ruborcito en la cara, igual que mi hermana; mi hermano es una bolita, y mi papá es con rubor”.
A pesar de ser una familia de artistas cómicos, hay instantes en los que el regaño aparece. El padre, cuando los reprende, evita que se le salga alguna payasada porque perdería la autoridad que pretende imponer. “Al mismo tiempo nos dice palabras chistosas y terminamos riéndonos”.
Para Daniela cuando comparte con los amigos es inevitable que aparezca ‘Colombinita’. En otros momentos, prefiere callar, no decir nada. Cuando estudia no deja que la payasita la distraiga. Y aquí se marcan fronteras entre una y otra. “La diferencia es grande, porque Daniela tiene vida de niña, y ‘Colombinita’ tiene una vida de fantasía”.
Daniela llegará hasta donde lo permita el tope de la vida, “creo que me va a llegar pronto”. ‘Colombinita’, en cambio, estará en el corazón, “va a estar siempre en mí”. Cuando los años pasen, la voz dulce le cambie, el cuerpo crezca y los gustos sean otros, no pasará a ser ‘Colombina’, sino que mantendrá el nombre de ‘Colombinita’. “Mi hermano es ‘Torombolito’ y es un ‘Torombolote”.
‘Colombinita’ miró a los lados para comprobar que Daniela no estaba escuchándola. Soltó otra carcajada tierna y se alejó para ponerse a la orden de ‘Torombolo’. La aguardaban para comenzar la presentación correspondiente al segundo festival municipal de payasos y circo. Por fortuna tendrá trabajo hasta el 17 de julio, en desarrollo de la Feria de Cúcuta.
RAFAEL ANTONIO PABÓN
Foto: www.contraluzcucuta.co
