1.- En medio de la gigante incertidumbre y preocupación que pululan en la frontera, por el sinfín de factores que se han acumulado e inciden en la vivencia fronteriza colombo venezolana – y en especial en la zona central – por la carencia de políticas de Estado de integración bilateral o conjunta y que complemente y aludan, entre otras a los derechos de uso de los habitantes fronterizos; las regulaciones sobre movimientos de ingreso y circulación de personas y vehículos; establecimiento de pautas y reglamentaciones cambiarias y estrechamiento de vínculos sobre acciones de desarrollo social, económico y político mayores, en lo rural y citadino, como debiera existir por la mancomunidad de intereses existentes y los vínculos históricos y de fraternidad que fortalecen y unifican la auténtica realidad existente, algunas personas – obrando con espíritu abierto y decidido en hallar fórmulas y alternativas, así como acciones que trasciendan y permitan un verdadero y positivo hallazgo de soluciones a la vivencia que nos integra – nos hemos trasladado a Bogotá y en diálogo amplio, sincero y afortunado con el embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Colombia, Iván Guillermo Rincón Urdaneta, le hemos expresado nuestro empeño, sintetizado en una propuesta que venimos estudiando y elaborando – mediante un trabajo en equipo – y que anhelamos presentar a los gobiernos de Colombia y Venezuela antes de finalizar el año, y consistente en hacer viable la insinuación y la sugerencia del libertador Simón Bolívar, que en el Congreso de 1821 presentara por intermedio del venezolano Fernando Peñalver, pero que no se estudió. Y consistente en la creación de una faja de terreno, que puedan manejar las dos naciones y para beneficio de las dos y de su gente.
2.- Ante las urgencias de ahora, en múltiples campos, pero de manera prioritaria en lo social, por la ausencia de fuentes de empleo y la necesidad de atender esos requerimientos, que en una frontera no son para un solo lado, porque los límites son como los ríos, que requieren atención en las dos riberas y porque las fronteras son nudos articulares de todo proceso de integración y forjadoras de una interrelación y comunidad que las define y distingue – como antes anotábamos de las regiones centrales – la idea de una faja territorial compartida y proyectada hacia las dos naciones y el mundo internacional, mediante el establecimiento de las condiciones básicas y elementales que permitan un accionar amplio y dinámico, para crear motores de ocupación y capacidad técnica, como son los Parques Industriales y Tecnológicos, con Zonas Francas Especializadas o Zonas Aduaneras Especiales, para maquiladoras en donde con incentivos, estímulos y mecanismos apropiados y debidamente estudiados y respaldados, por las investigaciones que surgieran de nuestras universidades y centros de estudio especializados, con coordinación de entidades nacionales o internacionales interesados en gestiones de gran alcance y hasta de perspectiva global, se vinculen y se trasforme la iniciativa en proceso, en un potencial de esfuerzos que serviría como ejemplo a la integración continental latinoamericana y con una gran utilidad para los dos países, porque se hallarían soluciones al gigante desempleo y al impulso y dinamización al proceso educativo y productivo que requieren y deben encarar las dos naciones.
3.-Esto, más todo lo que significa la unión y el esfuerzo compartido para otorgarle a la zona fronteriza el trato que merece y que puede proyectar beneficios, por ahora incalculables, permitiría ubicar también en primer orden la solución del agua, la obtención del gas, el mejoramiento integral de la infraestructura vial y de los servicios aéreos, financieros y bancarios, junto a la seguridad y la tranquilidad –que ambicionamos – más la creación del Centro Internacional del Desarrollo Fronterizo, alimentado con la participación de expertos en estas materias y la vinculación y aporte de las universidades fronterizas, las Academias de Historia y de las asociaciones e instituciones que propenden por la estabilidad y mejor porvenir de estas zonas de contacto.
Todo esto fijaría un nuevo concepto de vida fronterizo y la oportunidad de vencer aquel estribillo, que anota: “Si seguimos, como vamos y nos quedamos como estamos, nunca llegaremos a lo que todos anhelamos”. El embajador, al final del diálogo, dijo, “cuenten conmigo e informaré de estas iniciativas al alto gobierno”. Además, se ofreció a asistir y estimular encuentros beneficiosos y actos evolutivos, de proyección binacional e internacional. Con entusiasmo, todos anhelamos que avance la perspectiva unificadora.
JOSÉ NEIRA REY