CÚCUTA.
Al ser hija de deportista, hermana de deportistas y madre de deportista ¿qué papel podría cumplir en la vida? Simple, ser deportista. A los 10 años conoció los patines y a medida que avanzaba en edad probó en baloncesto, voleibol y otras disciplinas. El fútbol le gusta observarlo, no lo practicó. Ahora, es entrenadora de patinaje y cofundadora del Club Ángeles en Línea.
Luz Karime Galvis, antes de cualquier explicación humana sobre esta disciplina, habla de Dios y del mensaje bíblico que convirtió en lema del equipo de trabajo: Más fe, menos miedo (Marcos 5:36). La cita del evangelista, en el patinaje tiene significado.
- Hay niños que quieren practicar cualquier tipo de deporte y lo ven lejos. Me baso en que hay que tener fe en que algún día será realidad y que todo el que persevera alcanza.
La práctica de este deporte sale costosa por el valor de los patines, el uniforme, el casco y los demás implementos de protección que deben llevar. Al patinar le iba bien. La falta de recursos la alejó de las pistas. Años después volvió a ponerse el calzado de cuatro ruedas y siente que es el ser humano más feliz. Disfruta lo que hace.
- Ejercer el patinaje, formar vidas y transformar a los niños en semilleros ha sido una bendición de Dios.
Mientras corría afrontó infinidad de percances. Le dedicó los días al deporte y la enamoró por la disciplina y la dedicación, la llevó a tener empatía con los demás y a tener calidad humana. Aprendió de valores, a respetar y a socializarse. Todos los días aprende.
Y nació el proyecto Ángeles en Línea. Resultó de la combinación de dos esfuerzos. Luz Karime y su hermano Feisal pensaron en organizar algo diferente a lo experimentado. No vieron el presente monetario, visualizaron el futuro y se lanzaron a crear empresa. Enfatizan en la técnica, porque la consideran importante para el desarrollo de niños y jóvenes.
- Este proyecto fue creado a raíz del proceso que vivimos. El versículo bíblico fue decidido entre los dos. El diseño de la licra, también, se hizo en pareja. Mi hermano está en Acarigua (Venezuela) y yo continúo con el proceso.
Hoy, en calidad de entrenadora, los niños le dan al complemento a la vida. Las ocurrencias la hacen sonreír o llorar, y le dan satisfacciones. Los ama de corazón y con pasión. Hay algunos que aprenden en 15 días; otros, demoran dos o tres meses. Varios, cuando están listos, desertan, a pesar de las recomendaciones para que le tomen cariño al deporte.
La enseñanza va más allá de calzarse los patines y del aprendizaje para mantener el equilibrio, porque no es solo correr, correr y correr. La disciplina comprende habilidades motoras, coordinación, equilibrio y aeróbics.
A todos los que buscan el club para aprender les da la bienvenida. No les corta las alas y los deja ser ‘ángeles en línea’. Los recibe con los elementos que lleven, sin mayores exigencias para el ingreso. La idea es motivarlos para que hagan deporte, y si es patinaje, mejor, porque lo considera el más completo.
- En este proyecto llevamos dos años. Aquí se nos ha dado todo, nos conocen y estamos en el proceso. Nos ha tocado con las uñas, no ha sido fácil, pero ahí vamos.
En competencia han llegado a Santa Marta y a otros lugares de Colombia. La presencia ha sido normal en esos escenarios nacionales. El talento es latiente en los grupos y hay niños que son buenos. Aunque hay padres a los que no les gusta competir.
La idea es que rompan el miedo a las caídas. Si van al piso deben levantarse y continuar la carrera. Están en la edad de afrontar retos, para que en unos años decidan si se quedan divirtiéndose sobre las cuatro ruedas o si buscan otro camino.
¿Hasta dónde van a llegar los Ángeles en línea?
- Hasta cuando Dios nos tenga con vida. Y hasta cuando podamos ejecutar el patinaje. La idea es reunir y convocar niños para que vivan esta experiencia lejos de las pantallas.
RAFAEL ANTONIO PABÓN