CÚCUTA.
Dos nuevos presbíteros y siete diáconos tendrá la Diócesis de Cúcuta. La ordenación se cumplió, el 14 de junio, en la Catedral San José de Cúcuta. Fieles, autoridades eclesiásticas y representantes de la sociedad civil asistieron a la ceremonia.
José Adrián Arias Quijano y Oscar Julián Ibarra García son los sacerdotes que se unen al clero cucuteño. Monseñor José Libardo Garcés impuso las manos y guio la oración consagratoria, mientras los candidatos recibían el Sacramento del Orden en sus grados respectivos.
Los siete diáconos David Alexander Ochoa Vargas, Robinson Arley Remolina Acevedo, Willinton Rodríguez Castrillón, Luis Alberto Rodríguez Marciales, Alex Johan Sarmiento Camargo, Albeiro Vargas Pabón y Víctor Julián Flórez Ortiz asumirán el ministerio de servicio, asistiendo en la liturgia y en las obras pastorales.
Este acto representa un paso fundamental en la vida de los ministros que han respondido al llamado vocacional para servir a la Iglesia y a sus fieles bautizados. Los presbíteros estarán habilitados para celebrar la Eucaristía, administrar los sacramentos y guiar espiritualmente a los fieles de la Iglesia Particular.
Monseñor Garcés dijo que “después de un largo discernimiento, ellos han escuchado la voz de Dios en su corazón y, movidos por Cristo, hoy la Iglesia los llama a transformarse en Él. Cristo, que ha tocado sus vidas, los invita a compartir el sacerdocio y a permanecer muy cerca de Él, en oración y entrega, para que puedan compartir el don recibido con la Iglesia y con cada persona que se les confía”.
“La obra que vemos realizada en la ordenación sacerdotal y diaconal es don de Dios, pero también fruto de hogares y comunidades cristianas, varios de quienes son ordenados, nacieron como fruto del plan evangelizador de la iglesia”.
Este es el fruto del proceso de formación y discernimiento riguroso en el Seminario Mayor Diocesano San José, donde se prepara a los candidatos para la entrega total al servicio de la Iglesia y la misión evangelizadora. Las nuevas ordenaciones fortalecen la fe de la comunidad y aseguran la continuidad del servicio pastoral, reflejando el amor y la entrega que caracterizan el ministerio sacerdotal y diaconal en nuestra región.