CÚCUTA.- El 22 de agosto de 1978, nació en Cúcuta, Jorge Aguilar, hombre de gran nobleza y carácter firme, cualidades que lo llevaron a conseguir lo que se propuso. De niño vivió en Guaimaral, “en la famosa cuadra Condorito”. Con una sonrisa tímida admitió que era travieso y rebelde, porque no compartía las estrictas reglas que tenían sus padres en aquella época. Esa era su manera de rebelarse.
“Desde chamaco practico el fútbol. Para la época ni siquiera existía la mitad del estadio (General Santander) que hoy se puede apreciar en Cúcuta”, comentó con un leve acento mexicano. La mirada refleja la tristeza que le invade no haber jugado para el Cúcuta Deportivo, por falta de apoyo regional o simplemente por cuestiones del destino.
Tomar la decisión de irse para Venezuela le dejó grandes bendiciones. Allá, recibió gran soporte y explotó al máximo las habilidades en el terreno de juego como volante. Jugó en los clubes Unión Deportivo Lara y Portugués Fútbol Club.
La habilidad para correr, a semejanza de Speedy González, el ratón veloz de los Looney Tunes, fue el boleto que lo trasportó a México. Tampoco olvida el apoyo de Andrés Chitiva, exfutbolista colombiano quien empezó la carrera en Millonarios (Colombia).
En el Distrito Federal jugó para Pachuca, Dorados de Sinaloa y Puebla. Pasó la frontera y en Estados Unidos formó parte de la Major League Soccer (MLS). A pesar de que Aguilar se siente agradecido con la vida por los maravillosos triunfos, desearía haberlos vivido en el país de origen.
Tiene claro que para llegar a donde está, tuvo que pasar por dificultades económicas y sociales. De no haber sido así no hubiera llegado lejos, pues esas dificultades las usó como trampolín. Ahora, se siente auto-realizado y feliz por haber obtenido logros tan grandes, aunque no los presume. Prefiere pasar inadvertido.
Las victorias se las otorga a la abuela Inés Bernal, quien lo apoyó incondicionalmente. Con gesto de satisfacción, ternura y gratitud, comentó que “dejaba de comprar la comida por comprarle los guayos”. Le estará agradecido eternamente.
Invitó a los jóvenes a que tengan grandes sueños, que eliminen las barreras y que trabajen con constancia, empeño, dedicación, permanencia, humildad y, sobretodo, con confianza en Dios. Esos son los ingredientes secretos para consolidar lo que se propongan.
MILDEED MOLINA
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Foto: MARCO SÚA
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Muy buen artículo. Inspira a los que salimos de Cúcuta a seguir adelante y nunca olvidar nuestro origen.
como siempre ha sucedido la falta de apoyo al talento local ha hecho que muchas de las personas que nos puedan representar hayan tenido que emigrar hacia otros sitios donde si se les reconozca y valore su trabajo y talento.no esta de mas decir que se ha dejado a un lado todo lo relacionado con la cultura, el arte, la historia etc, SE HA PERDIDO NUESTRA IDENTIDAD CULTURAL.