Piel de terciopelo, figura despampanante, altos índices de carisma, porte, elegancia y glamour, y dispuestas a ser firmemente observadas. El arte escénico empieza al desfilar sobre el sendero para recibir ser aplaudidas por la multitud atrevida y presumida. La misión es ser el atractivo perfecto, pero con respeto, para cautivar los sentidos con la breve presentación. Este es el particular momento de una modelo en función.
La rutina suele ser la misma, con uno que otro valor agregado, según la ocasión. La imagen, sin duda, debe ser la mejor. De pies a cabeza reflejar un ser interior espléndido. Alimentación, entrenamiento físico, deporte, academia, entre otros complementos, para mantener el rendimiento óptimo.
Hay quienes están por entretenimiento, por profesión y por mejorar aspectos íntegros y corporales. Gabriela Velandia, de 18 años, estudiante de medicina en la Universidad de Santander, ejerce el modelaje a manera de diversión. Por su carisma parece tener gran simpatía por este oficio y se desenvuelve de manera genuina. Hace cuatro años inició las clases de pasarela y lo que empezó por gusto, ahora es su mayor afición.
Las agencias ofrecen clases de modelaje, pasarela, protocolo y glamour, trabajan para formar y desarrollar el estilo de las niñas que quieren hacer de esto su profesión. No todos los que se inscriben en las academias buscan fama o hacer parte de los desfiles del año, ni son amantes de este oficio, solo desean educarse en etiqueta y elegancia.
“Me permite crecer como persona. Además de desfilar por una pasarela, también, se aprenden etiqueta, imagen personal, baile y modales, que me llevan a preocuparme por mi persona, a quererme. Considero que poseo el carisma que se necesita para este oficio”, dijo Gabriela con emoción y decisión.
Las agencias proyectan actividades en las que las aprendices muestran talento y destreza. Algunas son amadas por las cámaras, es decir, tienen buen registro; otras, se adueñan de las pasarelas, arroyan con el encanto. Entre tanto, la gracia y la gentileza de las niñas de protocolo armonizan el ambiente.
Otras empresas estilizan la imagen interior y exterior de quienes son nuevas en el oficio, y complementan las habilidades de las expertas en el medio. Jenny Sierra, de 22 años, brilla por su talento. Desde los 3 años ha participado en eventos publicitarios y ha convertido este gusto en su profesión.
La experiencia como modelo ha sido incalculable, ha participado en pasarela, protocolos, catálogos e imagen publicitaria. Actualmente, es imagen de dos marcas de bluyines. Considera que esta carrera le ha traído ventajas en las relaciones públicas, ha obtenido reconocimientos y la remuneración es buena. Entre las desventajas enumera el poco tiempo que le dedica a la familia.
“Tengo un hijo de 4 años y es mi adoración. Infortunadamente, el trabajo a veces no me permite compartir tanto como quisiera. Gracias a Dios tengo trabajo y buena paga, pero poco tiempo”, dijo Jenny Sierra.
El mundo de los medios trae grandes beneficios y a la vez devastadores sucesos si no se sabe elegir el buen camino. Esta actividad es usada como trampolín para aprovechar oportunidades laborales y reconocimientos. “El modelaje puede ser positivo si se sabe llevar. Las malas propuestas siempre van a estar y es cuestión de cada quién darse su lugar. A pesar de que reciban un pago por el trabajo, también se tiene el derecho a exigir y denegar algo con lo cual no se sienta cómoda,”, afirmó Jenny Sierra.
Modelar en distintas pasarelas y participar en desfiles para muchos puede ser banal, para quienes ejercen este oficio es una incitante pasión que complementa su personalidad.
LUZ MYRIAM GRUESO y SAMANTHA PERDOMO
Estudiantes de Comunicación Social
Universidad de Pamplona
Campus de Villa del Rosario
Foto: Especial para www.contraluzcucuta.co