CÚCUTA.- José Agustín Torres, uno de los reyes magos del barrio Belén, ha dejado de estar junto a nosotros. Pero sonreiremos porque sabemos que ahora se encuentra bajo el manto de nuestro Señor Jesucristo.
En su travesía, entre 1980 y 1982, el popular Ñángaro, como le decíamos con cariño, ejercía como técnico de electrodomésticos en el barrio El Contento. Le gustaba participar en campeonatos de fútbol, que organizaba en el sector tres del barrio Belén, en la cancha Maracaná, junto a su amigo Luis Serrano; recogía fondos por medio de la emisora La Voz del Diviso para ayudar a la comunidad, y promovió carreras de atletismo y otras actividades.
Junto a sus compañeros German, Pichón, Amarilla, El Andariego, Luis Colmenares, entre otros, organizaba el Día del Virgen del Carmen, en el corregimiento Carmen de Tonchalá. En diciembre, colaboraba con el arreglo del pesebre y recogía fondos para dares regalos a los niños que participaban en la novena de Navidad.
También, organizaba los días de la Madre, del Padre y de los Niños, y las comparsas en los días especiales. En cada evento no faltaba la eucaristía para dar gracias a Dios. Gestionó terrenos para varios vecinos, como fiscal de la Comuna.
José Agustín tenía un gran espíritu que lo hacía ver como amigo, compañero, padre, esposo, hijo y hombre. En los momentos de alegría hacía reír con chistes picarones a quienes le ofrecieron amistad, cariño y amor.
En enero, se nos fue el ideólogo de los Reyes Magos del barrio Belén, Hugo Soler. A estos dos hombres los acompañamos Juan Carlos García, como Baltasar, y Jairo Mendoza, como Gaspar. Durante 32 años, recorrimos los barrios de Cúcuta, de 7:00 de la mañana a 12:00 de la noche.
Lamentamos la partida del amigo, el encargado de redactar las cartas con mensajes de paz y prosperidad para la Gobernación, la Alcaldía y la presidencia de la República. En este tiempo nos colaboraron doña Amelia y doña María, modistas que se encargaron de diseñar los vestuarios de los reyes magos.
Hoy, despedimos a Melchor con amargura y pedimos al Todopoderoso que lo tenga en su mansión celestial. Damos nuestro sentido pésame a su esposa Cristina González y estamos seguros de que siempre lo recordaremos como el gran amigo que fue.
JAIRO MENDOZA