CÚCUTA.- Entre sacrificios, lágrimas, disciplina y lejanía, José Orlando Pérez ha hecho de su vida futbolística un lugar para cumplir los sueños todos los días. Cuando siente que todo se acaba, Dios es la única arma, quizá así se puede describir a este joven cucuteño, fundamental en el esquema defensivo de Jorge Artigas. Habló sobre su vida, en paso por las divisiones menores en Nacional, la sub 20 rojinegra y otras anécdotas.
A los primeros entrenamientos lo llevaban en bicicleta ¿Cómo era ese recorrido?
- Sí claro. Salíamos del barrio Loma de Bolívar hasta la cacha del Colsag. Era en una bicicleta verde y quedará marcada en mi vida. Era conducida por mi papá, yo iba en la barra sentado, no tenía cojín, ni sillón. Es una anécdota que contaré y me sentiré orgulloso por mis comienzos.
¿Qué tipo de guayos utilizaba en esa época?
- Creo que eran los JR que vendían en La Libertad. Mis papas me los compraban para los entrenamientos.
¿Es cierto que en el colegio una vez con su grupo de amigos querían marcar el nombre de cada uno en las paredes?
- Sí. Fue una locura con Daniel Gómez, Jorge García, Sergio Martínez y Felipe Rojas. Muchos exalumnos lo habían hecho. Fue atrevido, nos vieron, pero ahí quedó estampado el nombre de cada uno.
¿En cuáles clubes se formó?
- El más importante fue Telecom, hoy se llama Club Barcelona, dirigido por el profesor Pedro Carrillo. Tuve muchos entrenadores que me ayudaron a crecer. Recuerdo con cariño a Carlos Sandoval, Julio Medina y a otros, a los que les pido disculpas porque se me escapa el nombre.
¿Lo primordial para su padre era que terminara el bachillerato y se graduara?
- Sí. Había perdido algunas materias y necesitaba reforzarlas. Era el único compromiso que mi papá había adquirido conmigo. Si quería ir a Nacional primero debía graduarme como bachiller.
¿En qué momento llegó al Atlético Nacional?
- El interés de Nacional por mí nació en un partido que jugué con Quinta Oriental contra Cúcuta Deportivo sub 17. Marqué el gol de la clasificación. Desde ahí empezaron conversaciones con mi padre. Me llenó de alegría y orgullo que preguntaban por mí. Pasaba por un excelente desempeño futbolístico, venía de Selección Colombia y me había ido muy bien.
¿Qué tanto tiene que ver el club verdolaga en la formación personal y profesional?
- Creo que mucho. Moldearon mucho mi carácter y le agradezco al profesor Orlando Restrepo y al preparador físico Juan Carlos Quintero. Viviré agradecido con Atlético Nacional por la formación que me dio, la estadía y las cosas lindas que pude vivir ahí.
¿Se imaginó en algún momento cargar con la responsabilidad de ser capitán del Atlético Nacional?
- Siempre lo soñaba. He contado con la bendición en mi carrera de ser capitán. Creo que un capitán no se hace, sino que nace siendo líder. Desde el primer partido me dieron confianza y desde ese momento, hasta el último día fui capitán.
¿Cree que un jugador madura cuando es capitán? ¿De qué manera se manifiestan esos cambios?
- Independiente de si se es capitán o no, a uno lo hace madurar como ser humano la soledad.
¿Recuerda el título Sub 20 logrado con Atlético Nacional?
- Recuerdo ese campeonato, porque fui el jugador con más minutos. Un logro importante para mi vida. Me queda el sin sabor de no haber jugado la final. Pero me siento orgulloso y feliz de haber conquistado una de las metas que tenía a corto plazo como deportista aficionado.
¿Le hubiera gustado jugar la Copa Libertadores Juvenil?
- Era la meta y el sueño. La Libertadores es cada dos años y contamos con la mala suerte que el año en el que quedamos campeones no se jugaba.
¿La Selección Colombia llegó en qué momento de su carrera?
- Llegó en el momento que jugaba con la Selección Norte, dirigida por el profesor Robert Rodríguez, de Los Patios. Jugamos contra Valle y por mi desempeño conseguimos una prueba con Fabián Torres. Gracias a Dios quedé. Pude viajar para jugar el mundialito de la Tahuichi Aguilera.
¿Qué ocurrió en el parque del estado Táchira (Venezuela)?
- Es uno de los momentos más duros de mi vida. Ocurrió en Táriba. Estaba con mi padre y no teníamos los recursos para hacernos una resonancia magnética en Cúcuta. Tenía ruptura meniscal. Era el mejor momento de mi carrera futbolística y se fue todo al piso. Pensé que era el fin como futbolista.
¿Cuándo se probó con el plantel profesional rojinegro se le hizo difícil?
- Cuando llegué al equipo profesional se me cerraron las puertas. Había problemas con papeleos de Nacional con Cúcuta. En medio de la incertidumbre no dejé de creer, de saber que podía conseguir mi sueño de jugar en primera, de escribir mi nombre como futbolista profesional.
¿Cómo fue la llegada al Cúcuta Deportivo sub 20?
- Gustavo Daza y David Suárez me llamaron, porque se abría un cupo para inscribir cinco nacidos en 1997. No tenía equipo. Tenía la responsabilidad de mi familia. Firmé por tres años, contrato que todavía está vigente.
¿Qué tenía ese equipo juvenil que lo hizo tan exitoso?
- La unión de grupo. Todos tirábamos para el mismo lado. Éramos jóvenes con hambre y sed de gloria. Hicimos un año maravilloso que quedará escrito en la historia del Cúcuta Deportivo sub 20.
¿Qué falto para ganar esa final frente a Nacional?
- Concentración y con Michell Ramos en la cancha hubiera sido otro cuento. Eso es pasado. Fue un año espectacular del Cúcuta.
¿Era distinta para usted esa final?
- Jugaba contra mi antiguo club y tenía la sed de hacerle un gol y me quedé con ese sin sabor. Me siento orgulloso a pesar de no quedar campeones, porque hicimos un buen año. Nos paramos contras rivales grandes con pocas comodidades, pero siempre eran las ganas de ir adelante.
¿Qué recuerda del debut con la camiseta rojinegra?
- Fue en Magangué contra Real Cartagena. Utilicé el dorsal 17, jugué ocho minutos como volante de marca, con Lucas Pusineri.
¿Aportaron mucho Lucas Pusineri y Rubén Tanucci en su crecimiento futbolístico?
- El profe Lucas y Rubén me dieron la oportunidad de debutar como profesional en la B, por Copa, y quedaran en la retina de mi carrera futbolística.
¿Qué tan significativo fue el ascenso en el 2018?
- A pesar de que no jugué muchos partidos, fui participe. Considero que puse mi granito de arena en cuatro o tres partidos por Liga y como hincha lo viví de otra manera al ver al equipo en primera.
¿Cuál es su opinión sobre Sebastián Méndez
- Es una persona maravillosa, con un don de gente increíble. Le agradezco la oportunidad de debutar en la A, contra América, por darme la confianza y estar al tanto de la persona, antes que del futbolista. Esa es la clave para que esté donde está.
¿Qué aprendió en la Era Garabello? ¿Cómo fue la relación con el argentino?
- Tuvimos un aprendizaje positivo. Era un técnico chapado a la antigua, le encantaba correr. Aprendí que con trabajo y esfuerzo se conseguían las cosas a pesar de tener poca participación.
¿Y el aporte de Guillermo Sanguinetti en su carrera?
- Me llenaron de confianza, aportaron mucho en mi carrera. Me dieron la oportunidad de jugar partidos decisivos e importantes, en el 2019. Estoy agradecido con ellos, e independientemente de la situación que vivía el equipo en aquel momento hicieron un ambiente diferente para sobrellevar la situación.
¿Qué opina de Jorge Artigas en la actualidad?
- Antes de ser técnico fue jugador, lo entiende a uno, tiene una metodología excelente. Me gustan los entrenamientos, el estilo de juego. Tiene un estilo cómodo para el juego profesional y posee una calidez humana.
¿Lo tranquiliza saber que comparte plantel profesional con muchos de sus compañeros que estuvieron en la Sub 20?
- Me llena de orgullo y tranquiliza. En algún momento aconsejé, regañé, peleé, encaré. Hoy, me agradecen y sienten respaldo de mi parte.
¿Si su vida fuera un libro como lo llamaría?
- “Una persona soñadora y resiliente logra sus objetivos independientemente de sus situaciones”.
¿Es cierto que un día se devolvió a casa cuando estaba a punto de viajar?
- El 18 de abril del 2017, estaba en el aeropuerto con Nacional, viajábamos para jugar contra Barranquilla y me dijo mi esposa: “Sofía va a nacer hoy, por cesárea”. Ahí mismo llamé a la sicóloga, a la trabajadora social y al preparador físico, les expliqué mi situación, comuniqué que me quería quedar para estar con mi señora y mi hija. Me dieron permiso y el bus que nos había llevado al aeropuerto me llevó a la clínica. Llegué con el uniforme de presentación del Atlético Nacional para estar en el parto y conocer a mi hija recién nacida.
¿Cuál es su motivación?
- Mi familia, mi esposa Silvana Gallego, mi hija Ana Sofía, mi madre Maritza Castillo, mi padre José Orlando. Ellos son mi mayor motivación, la razón por la cual me levanto día a día para dar todo de mí en cada entrenamiento y partido. Siempre que salgo al terreno de juego le agradezco a Dios por la bendición y la oportunidad de tenerme en esa cancha y les pido a los ángeles que tengo en el cielo (mis abuelos) que me cuiden y me den sabiduría.
¿Cómo podemos describir a José Orlando Pérez?
- Como una persona correcta en el trabajo, responsable, extrovertido, si entra en confianza le gusta hacer chistes, le gusta disfrutar con la familia, tiene un círculo de amigos reducido, para los que considera amigos guarda lealtad.
JORDY ORLANDO CRUZ