CÚCUTA.- Daniela Salazar es amable y puntual. Las piernas tonificadas son el resultado de 15 años de práctica del ciclismo. No se considera rumbera, prefiere llevar una vida sana, hacer deporte, alimentarse bien y compartir con la familia.
La impuntualidad la pone de mal humor. Dice que los compromisos deben cumplirse a tiempo y no abusar de los demás. Andar en bicicleta es alejarse de la realidad. La hace feliz entrenar con los compañeros, contemplar el amanecer y disfrutar los paisajes.
Tiene claro que hay excelentes deportistas locales y nacionales. Admira al ciclista estadounidense Lance Armstrong, no sólo porque es excelente deportista sino porque es ejemplo de vida.
Daniela nació en Pamplona (Norte de Santander), el 18 de febrero de 1990, en una familia de voleibolistas y basquetbolistas. A los 7 años se enamoró del ciclismo. Su padre Juan Salazar la inscribió en el Club Nevado, en la Ciudad Mitrada, para que empezara a practicar el deporte y a competir en distintas modalidades.
Aunque las entidades privadas la han auspiciado poco, siempre ha contado con el apoyo familiar y de escuelas y clubes de ciclismo. Su padre ha sido exigente.
Cuando tenía 10 años participó en una competencia en Villa del Rosario, en el punto de partida su padre se le acercó a ofrecerle agua, no la aceptó y volteó la cara. Tumbó a las compañeras y se cayó. Los espectadores murmuraron que lo ocurrido se debía a la sobreprotección y a la exigencia del papá. Daniela respondió que no siempre es conveniente hacer la voluntad propia, porque algunas personas quieren lo mejor y esa exigencia es la que la ha ayudado a obtener títulos.
En el 2009, ganó la medalla de plata sudamericana en Santa Ana de los Ríos, en Cuenca (Ecuador). En el 2010, fue campeona nacional de ruta en Barranquilla.
“Desde niña soñé correr un nacional y ganarlo. Hace dos años alcancé ese sueño. Ese triunfo es el más significativo para mí’.
La disciplina es esencial para que el ciclista evolucione, y al mismo tiempo es difícil de mantener. Las actividades diarias muchas veces no dan tiempo para entrenarse. Daniela se caracteriza por ser disciplinada, por eso ha ganado premios en distintas categorías y modalidades.
Del ciclismo ha aprendido que lo más importante es el compañerismo, el trabajo en equipo. “Una tiene que aceptar las cosas como vengan, sea ganar o perder”.
Estudió bachillerato con énfasis en auxiliar de droguería en el Salesiano (Pamplona). Cursa cuarto año de derecho en la Universidad Libre (Cúcuta). Desde el colegio empezó a alternar el estudio con el entrenamiento deportivo, aunque es complicado saca tiempo para el ciclismo. Tiene claro que el deporte no es un estilo de vida, quiere ser buena abogada y se siente cautivada por las leyes.
Seguirá montando en la bicicleta blanca para disfrutar con los paisajes y mantendrá la disciplina para participar en competencias locales y nacionales. La mayor aspiración es representar a Colombia en un mundial de ciclismo.
JULIETH CANO