CÚCUTA.- “Morir no es sorprendente, o no es un hecho extraño o excepcional”, dijo Cicerón Flórez en el homenaje de despedida a Hernando Herrera, en la Catedral de San José. El reportero gráfico murió el 15 de diciembre, en Cúcuta.
En la ceremonia religiosa, presidida por el presbítero Juan Carlos Calderón, se dio el último adiós a este hombre que aprendió a trabajar a los 17 años, cuando ingresó al periódico La Opinión. “Hay tiempo de nacer y tiempo de morir”, recordó Cicerón al rememorar a Jorge Manrique, quien “nos enseñó en sentencia poética que ‘nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, que es el morir’.
La Alcaldía le otorgó a Hernando Herrera la condecoración ‘Juana Rangel de Cuéllar’, en categoría especial. La distinción la entregó José Henry Duarte, secretario de despacho, y la recibió Cristian Herrera. En el decreto se destacaron algunos de los trabajos excepcionales del reportero gráfico, quien “sin duda, contribuyó a consolidar la historia de la ciudad en el presente siglo”.
Las palabras de Cicerón Flórez son las siguientes:
“La partida de un ser querido, de un amigo, o de un ser que se ganó nuestra admiración o con quien compartimos ideas y sueños, nos duele y nos desgarra. Como lo es con Hernando Herrera. Él hizo parte de nuestras vidas, no solamente por la relación laboral en La Opinión, que nos vinculó, sino también por la amistad y por todo lo que juntos nos correspondió asumir.
“Reportero de La Opinión durante casi medio siglo, Hernando Herrera hizo carrera que deja huella. Sus fotografías configuran un repertorio informativo que es parte de la historia regional. Allí hay de todo. Es un legado para preservar.
“Y, además fue un ser humano noble y auténtico. No tuvo posturas mezquinas, ni recurrió al recurso de la intriga o del menosprecio. Su existencia fue la afirmación de la convivencia y de la decencia.
“Hernando Herrera deja un nombre perdurable”.
Foto: www.contraluzcucuta.co