CÚCUTA.- La tasa de inseguridad, la violencia y el crecimiento de la delincuencia común han generado miedo entre los habitantes de Cúcuta. La desconfianza, la desolación y el no sentirse protegidos por las autoridades encargadas de velar por la seguridad los ha llevado a armarse.
En el 2014, el promedio de incautación de armas ilegales fue de 634, según el informe del área nacional de la Sijin (seccional de investigación criminal). En el 2015, se han decomisado 548 armas ilegales, 59 legalmente entregadas por el Estado, debido a la terminación del permiso de tenencia otorgado por el Departamento de Control y Comercio de Armas, Municiones y Explosivos.
Existen tres clasificaciones de las armas:
1.- Las de guerra. Son de uso privativo del Estado o la fuerza pública y son utilizadas para defender la independencia, mantener la integridad territorial y asegurar una convivencia pacífica. En Cúcuta el Ejército tiene autorización para poseer fusiles, carabinas, cañones, morteros, bazucas, entre otros armamentos pesados.
2.- Las restringidas. Son las ilegales que adquieren los grupos paramilitares y las bandas criminales (Bacrim). Las obtienen por el extenso tráfico por la frontera. La incautación se hace cuando se enfrentan con las fuerzas militares de Colombia. La tenencia de estas armas incrementa la violencia y fortalece a las bandas.
3.- Las de uso civil. La persona natural que desea tener un arma legal debe justificar por qué la necesita. Se requiere que maneje altas cantidades de dineros, sea víctima de amenazas o por seguridad. Se debe diligenciar un formulario y posteriormente cumplir las pruebas requeridas para obtener el certificado de porte del arma.
Debido al proceso complejo que lleva obtener un arma legal, los ciudadanos optan por comprarlas en el mercado negro. Los cucuteños, en su mayoría, se arman porque no se sienten seguros en sus laborales y sienten un alto nivel de riesgo. En la ciudad, día a día, se incrementa el porte de armas y las razones varían. Destacan la defensa y protección de la integridad y las labores.
El capitán Alberto Hernández, de la Sijin, dijo que los barrios con mayor incidencia en armamento ilegal, en Cúcuta, son Agua Clara, San Miguel, Ospina Pérez y El Salado. No solo por las disputas de bandas criminales que allí convergen, sino porque los habitantes deciden armarse para enfrentar la inseguridad y la violencia. La Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) se ha incautado, en estos sectores, de pistolas, revólveres y changones.
La entidad constituida legalmente para proveer armas en Colombia es Indumil. Se encarga de producir, importar y comercializarlas para contribuir con la responsabilidad social y el progreso del país. Este es el único organismo autorizado para distribuir armamento. La entidad adelantó un estudio que evidencia que, en su mayoría, las armas que se entregan a la población civil son revólveres. Cuando se trata de empresas de seguridad varía el tipo.
Los robos a mano armada, las intimidaciones, los hurtos y los homicidios, entre otros delitos, son los factores principales para generar el uso de este mecanismo de protección. De acuerdo con un informe de la Mecuc, con el cierre de la frontera ha disminuido el ingreso de armas ilegales al país, específicamente a Cúcuta.
La situación que evidencian los habitantes es contradictoria. Los ciudadanos aseguran que el contrabando de armas sigue por las trochas, que difícilmente la Policía puede controlar en los largos kilómetros de frontera que hay entre Cúcuta y el estado Táchira.
A pesar de que la Policía adelanta controles, operativos y apoyo interinstitucional, y trabaja en conjunto con otras entidades del Estado, los cucuteños no dejan estas responsabilidades en manos de las autoridades uniformadas y buscan por medios ajenos a la justicia seguridad y protección.
En hogares, lugares de trabajo y automóviles los ciudadanos guardan las armas; otros, prefieren llevarlas consigo todo el tiempo, porque el peligro es latiente. La Policía trabaja en conjunto con la sociedad para combatir y erradicar la inseguridad, la violencia y los problemas que llevan a los ciudadanos a armarse.
LORENA VARGAS – NEYNA SÁNCHEZ y BRYAN MONTAGUT
Estudiantes de Comunicación Social
Universidad de Pamplona
Campus de Villa del Rosario
Foto: Especial para www.contraluzcucuta.co