CÚCUTA.- ‘Nuestro Norte es la reconciliación y la paz para el desarrollo’ es el título de la agenda estratégica propuesta para Norte de Santander por la Gran Alianza de concertación política, social y económica. El objetivo es hacer “aportes para la construcción de región desde el buen gobierno, la equidad, la construcción de paz y el desarrollo”.
El documento lo dio a conocer, este martes, monseñor Julio César Vidal Ortiz, Obispo de Cúcuta. En enero, los voceros de la Iglesia católica se reunieron con el gobernador Edgar Díaz y los alcaldes nortesantandereanos para informarlos acerca del contenido.
Las propuestas de la línea social y de paz planteadas para el departamento son:
1.- Nuestro Norte es la reconciliación y la paz para el desarrollo
2.- Norte, territorio de inclusión social
3.- Frontera amable
4.- Gobernabilidad
5.- Medio ambiente, espacio de convivencia
6.- Cultura de paz
En la introducción, el documento indica que la Sociedad Civil Nortesantandereana, bajo el liderazgo de la Iglesia local, representada por los obispos de las Diócesis de Ocaña, Tibú y Cúcuta, y la Archidiócesis de Pamplona, nota con esperanza la voluntad que la sociedad ha demostrado en estos tiempos de empoderarse de los espacios de participación que desde la Constitución de 1991 rigen nuestros destinos.
La alianza está conformada por la Iglesia, distintos sectores de la sociedad civil y profesionales de la regional. La agenda estratégica del departamento es el resultado de la construcción conjunta en un valioso ejercicio de ponerse de acuerdo y trabajar de la mano.
El deber de la sociedad de coadyuvar a que los gobiernos estén enmarcados en los principios de la ética, trasparencia, voluntad, solidaridad y participación permite interactuar y ser partícipes activos de escenarios que antes eran exclusivos para las instituciones estatales.
“Confiamos en la buena voluntad política, y con la fe que unidos lograremos ese anhelado bienestar para un desarrollo humano y territorial sostenible, por supuesto, sin olvidar nuestra especial condición de zona de frontera, que nos da muchas más herramientas para alcanzar el Desarrollo”, anota el documento.
Las tareas planteadas, entre muchas otras, destacan las siguientes:
1.- Preparar a los jóvenes para que se desenvuelvan con éxito en la llamada ‘aldea global’
2.- Negociar los términos de inserción del territorio en las dinámicas de la nación y de la globalización
3.- Reducir los desequilibrios y las desigualdades interregionales e interpersonales
4.- Ampliar las oportunidades y las capacidades del mayor número de personas
5.- Integrar, con perspectiva intelectual y con propuesta política, la economía, la sociedad y la política
6.- Ayudar a construir el buen gobierno, que desde la inclusión social, genere riqueza, convivencia y reconciliación. Es decir, una sociedad en valores y principios que protejan y respeten los derechos humanos.
“Si se siembra la semilla de la paz y se cultivan la reconciliación y el perdón, los frutos serán un desarrollo humano y territorial que lleve a la región a ser garante efectivo en el goce de los derechos”, sostiene el documento.