Doriam Sanabria, al cumplir 21 años, se incorporó a la Policía y ahora tiene el grado de teniente. Cada semana, comparte cenas, desayunos y regalos en el parque Mercedes Abrego y la urbanización San Fernando del Rodeo (Ciudadela Juan Atalaya). Los beneficiados con niños y adultos en condiciones de vulnerabilidad.
Este cucuteño, que pasó la niñez en el barrio El Contento, ha prestado el servicio en diferentes unidades y grupos especializados de la institución uniformada. En el 2001, lo asignaron como comandante del Comando de Atención Inmediata (CAI) Mercedes Abrego. Ahí, laboró hasta el 2002.
En cumplimiento del deber conoció los problemas sociales que se viven en la zona. Tomó la decisión de liderar acciones encaminadas al mejoramiento de la calidad de vida de recicladores, habitantes en estado de calle, adultos mayores, alcohólicos y drogadictos.
Las obligaciones laborales lo llevaron a distintos lugares del país. Al volver a la ciudad, retomó el proyecto de ayudas humanitarias. En los últimos dos años, con apoyo de la familia y amigos, continuó con la entrega de ayudas para los necesitados.
Los seres humanos que tienen como lugar de encuentro el parque Mercedes y San Fernando del Rodeo no solo reciben artículos materiales, sino también mensajes preventivos, encaminados al fortalecimiento de los valores familiares y sociales.
Cada semana, más de un centenar de adultos y menores de edad con diferentes tipos de necesidades encuentran en Doriam Sanabria la mano amiga que les brinda, de manera desinteresada, alimentación y detalles. Martes y viernes, en la noche, el oficial y su familia llegan cargados de cenas para quienes se dan cita en el parque. Al principio alimentaban a 30 desvalidos; ahora, son 150 los beneficiados de todas las edades y condiciones sociales.
El programa de ayuda social se traslada, los sábados en la mañana, al parque infantil de San Fernando del Rodeo. Allí, los niños se reúnen para compartir el refrigerio y las actividades de entretenimiento e integración que lleva el teniente. En la última visita, por lo menos 120 pequeños recibieron desayuno y regalos, y participaron en la presentación de humor a cargo del grupo de payasos de los auxiliares bachilleres de la Mecuc.
En desarrollo del programa social se han conocido historias de hombres y mujeres con situaciones de alcoholismo y drogadicción. Por fortuna lograron rehabilitarse y hoy dos habitan en hogares de paso. Otro, retomó el rumbo de la vida en el ámbito familiar y laboral.
La particular historia del teniente Doriam Sanabria es un relato en el que el humanismo y el destino se unen para mejorar la calidad de vida de cientos de seres humanos que llevan a la espalda un cúmulo de necesidades.
Foto: PRENSA MECUC