CÚCUTA.- De la tarima salió una voz suave que llamó la atención de los asistentes al teatro de la Cámara de Comercio. Detrás del atril una joven de cuerpo menudo entonó una canción andina. El acompañamiento musical corrió por cuenta de sus amigos. Ese era el debut del grupo Qenti, que significa colibrí.
Yessica lidera el grupo de muchachos que escogió este ritmo a cambio del reguetón y cualquier otro género. Los cinco integrantes son estudiantes y les roban tiempo a las tareas y a los compromisos del aula de clase para entregarse a esta afición.
“Lo vemos como un camino espiritual”, dijo la cantante. Se les ha convertido en disciplina, porque les encanta la música como terapia para el alma y el espíritu.
Los cuatro restantes aprendieron por cuenta propia, sin profesor, sin guía. Solo el gusto por los sonidos armónicos los llevó, por separado, a interesarse por un instrumento. La pasión los motivó hacia el aprendizaje.
La ‘experta’ es Yessica, que comenzó en la sinfónica con Miguel Romero Pachón y ahora con el maestro Pablo Tarazona. Tras conocerse y compartir las experiencias que les dejaban los ritmos decidieron unirse y eligieron el andino. La razón, sencilla, porque rescata el folclor.
Comenzaron con canciones sencillas. Poco a poco han mejorado y se han integrado como grupo y enfocado la música como instrumento de paz. El Día del Agua matizaron la ceremonia del mamo Ramón Gil para bendecir el recurso hídrico.
Escogieron el vocablo quechua Qenti, porque el colibrí es un animal de hermosos colores, que vuela alto y es libre como la música. Los colores representan la belleza y el arte. Además, porque es un ave andina. “Queremos que nuestro grupo no tenga límites”, a semejanza de este pajarito que vive silvestre.
El grupo tiene cinco integrantes. Cristian es el guitarrista principal, estudia comunicación social; Andrei, el otro guitarrista, también será comunicador; Luca es el encargado de la guitarra eléctrica, va en noveno grado; Anggi toca el bombo y será la enfermera, y Yessica que interpreta la flauta y canta, estudia música.
Para consolidarse en el disputado mundo musical tienen apoyo de amigos y familiares. Todavía no han mirado hacia afuera, porque son conscientes de que les falta preparación. Un gusto aparte es compartir la música con muchas personas.
“La música andina nos representa a los latinoamericanos, es de la tierra, de la pachamama, es tranquila”, es la explicación al por qué se inclinaron por este tipo. “A veces tocamos rock, pop, balada, pero nuestro principal género es la andina”.
A parte de la música les interesa aprender a respetar la madre tierra y quieren trasmitir ese mensaje con las canciones. El ritmo escogido tiene como base el agradecimiento y el respeto por la Tierra.
“Estoy estudiando música y vamos a ver cuándo sacamos el primer sencillo. Me inspiro con Mercedes Sosa, mujer que luchó por acabar con las diferencias y las desigualdades”.
Otro día el grupo Qenti, o colibrí para los que prefieren el español, dará otro concierto y, quizás, suene raro que cinco muchachos promuevan el respeto por la naturaleza y no canten reguetón o vallenatos que, seguro, los pondrían a ganar dinero.
RAFAEL ANTONIO PABÓN