CÚCUTA.- Pasar de los informes, las cartas y los oficios, a las acciones en Gramalote, le solicitará el gobernador Édgar Díaz al presidente Juan Manuel Santos para aliviar las angustias que viven los damnificados por la naturaleza, en diciembre de 2010.
Los gramaloteros, cada día que trascurre, entran en la desesperanza, porque las promesas hechas desde el momento de la tragedia no se han traducido en realidades. Algunas familias, desesperadas por el abandono en el que se sienten, han regresado a su tierra natal.
Esta semana, Díaz Contreras le solicitará al Gobierno una reunión para finiquitar los términos y el cumplimiento de los compromisos adquiridos por el Ministerio de Vivienda para la reconstrucción del municipio.
Meses atrás se anunció que el casco urbano sería levantado en la vereda Valderrama. El tiempo pasa y los campesinos continúan asilados en casas de familiares y albergues temporales, o arrendados.
El 17 de diciembre de 2010, la tierra se abrió y se tragó al municipio. Cerca de 6000 familias quedaron afectadas por la acción de la naturaleza. Desde entonces, algunos buscan reiniciar la vida, pero no han podido por falta de recursos.
“Le queremos solicitar al presidente Juan Manuel Santos que pasemos de los informes, de las cartas, y de los oficios, a las acciones; que podamos decirles a los gramaloteros que se compró el terreno, que están los recursos para la vía, que se tiene el estudio de las viviendas y que los recursos están asignados”, dijo el gobernador Díaz.
En el fin de semana, la alcaldesa Sonia Rodríguez organizó en el parque del barrio La Ceiba (Cúcuta) un mercado campesino para ayudar a los labriegos a vender los productos y para despertar entre los cucuteños el gesto de solidaridad.
“La comunidad gramalotera quiere decirles a Norte de Santander y al país que, a pesar de los problemas que afrontan hace más de un año, se mantienen vivos y aún hacen parte de Colombia”, expresó Edgar Díaz.
Llamó a los nortesantandereanos a solidarizarse y a tenderles una mano a los damnificados mediante el apoyo a estas actividades que buscan mitigar las necesidades que afronta.
Sobre el retorno de algunos de los habitantes al sitio de origen, señaló que “cuando la gente pierde las esperanzas cree que retornando a su pueblo que los vio nacer pueden volver a arrancar, pues la falta de empleo, estudio y de unión familiar, los ha llevado a regresar para avivar las esperanzas de un futuro promisorio”, concluyó Díaz Contreras.