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Debo recordar que hace unos 50 años el Incora debió pagarle alguna suma al ingeniero Senén Botello por plasmar en un proyecto su obsesión de construir el Embalse del Cínera.
Por allá en 1995, el alcalde Pauselino Camargo (1995-1997) revivió el proyecto y contrató con el gobierno canadiense el estudio de prefactibilidad que resultó positiva. Me cupo la fortuna de contratar con la misma entidad el estudio de factibilidad, que también resultó positiva y cuyos resultados fueron presentados en el Club del Comercio. Para mí fue triste y nunca entendí por qué la Contraloría me abrió un proceso por haberle ahorrado dinero al municipio por cambiar el contrato de dólares a pesos, cuando la devaluación anual era superior a 25 por ciento.
De lo anterior quedó claro que la preinversión en el proyecto es casi exclusiva del Municipio de Cúcuta. Ahora que palpamos la necesidad de poner a caminar el proyecto y no seguir patinando en el mismo sitio, vemos que usted, señor gobernador Edgar Díaz, debe liderar todas las acciones para convertirlo en realidad.
El Cínera beneficia directamente a más del 75 % de la población de Norte de Santander y en forma indirecta a otras 50.000 personas. Será la salvación del Distrito de Riego del río Zulia, la inversión más grande y más valiosa que se haya hecho jamás en el departamento.
La inversión en agua, sin hablar del cambio climático ni de la actual emergencia es más rentable que cualquier otra. Por ejemplo, la inversión del Distrito de Riego se recuperó en un solo año con el aumento de la producción.
Entre las alternativas presentadas en los estudios de factibilidad están:
1.- Sería recomendable la que requiere mayor inversión
2.- Que corresponde a la cota más alta, pues permite mayor almacenamiento de agua
3.- Eliminaría los costos de bombeo para los acueductos y mayor producción de energía.
En la financiación del proyecto debe cambiarse el criterio de recuperación financiera por el de beneficio social y pagarse con partidas presupuestales como la educación, la salud, las vías.
El embalse se construiría con un empréstito colegiado a 20 o 25 años, cuya cancelación estaría a cargo de la Nación la mayor parte, el Departamento, Incoder, Corponor, la venta de agua y energía.
El beneficio social seria inmenso pues implica creación de empleo, un cambio climático total, un gran atractivo turístico para toda la región, incluyendo los municipios de occidente.
Eche pa’lante, doctor Edgar Díaz.
JOSÉ GÉLVEZ ALBARRACÍN
