CÚCUTA.- El 70 por ciento de las escuelas y los colegios cucuteños afronta una situación crítica, que llevó a plantear la “emergencia educativa” en la reunión del alcalde Donamaris Ramírez con rectores, coordinadores y docentes de Cúcuta.
Al detrimento de las plantas físicas se agregan los problemas con los estudiantes. Niños consumidores de alcohol y de droga, deserción, violencia y baja calidad en el aprendizaje. Los pequeños, en su mayoría, están en otro mundo, apartados por la sociedad y son presa fácil de la drogadicción.
La expresidenta de Asinort, Myriam Támara, dijo que esos inconvenientes hay que trabajarlos, afrontarlos y frenarlos. Propuso elaborar un estudio técnico en la ciudad con acompañamiento del Ministerio de Educación y “de frente a la realidad”.
La presencia ministerial permitirá que se miren los contextos, las instituciones educativas y el estado de abandono de los planteles. “Solo así podremos decir que en Cúcuta sobran o no maestros”. Mientras tanto, serían decisiones precipitadas sin estudio y sin mirar lo hecho en el pasado por defender la educación pública.
“No queremos maestros vagos, no queremos maestros que no hagan nada. No defendemos eso. Como docente estoy comprometida con el trabajo que estamos haciendo desde las instituciones”, señaló la exdirectiva de la Asociación de Institutores de Norte de Santander.
La Ley 715 permite la elaboración del diagnóstico, porque Cúcuta es un municipio certificado. En algunos casos hay salones de clase con las dimensiones mínimas universales que albergan hasta 60 estudiantes. “No podemos atiborrarlos. El hacinamiento va en detrimento de la calidad de la educación”, dijo Myriam Támara.
El directivo de Asinort, Leonardo Sánchez, anotó que el problema está en el desarrollo del año escolar. “El deterioro de las plantas físicas no motiva al estudiante a asistir a clases”. Otros factores que no despiertan interés entre los alumnos son la carencia de restaurantes escolares, la inexistencia del seguro de vida y la falta de espacios para la recreación.
“Reconocemos que hay crisis en la educación pública, pero no podemos aceptar a rajatabla lo que el Ministerio propone sin antes declarar a Cúcuta como zona especial”, manifestó.
El alto consejero municipal para la educación Ramón Támara afirmó que una de las tareas de la administración municipal será solicitarle al Ministerio de Educación que, en aplicación de la Ley 21, apropie los recursos para recuperar las plantas físicas y mejorar la estructura de los planteles.
Desde el gobierno local se elaborarán iniciativas para proyectar instituciones modernas, que permitan mejorar la calidad de la formación para niños y jóvenes de los estratos uno, dos y tres.
La reunión se cumplió en el coliseo Toto Hernández para expresarles a los docentes la preocupación del alcalde Donamaris Ramírez frente a la decisión del Ministerio de Educación de asumir este renglón ante “los desaciertos de las dos últimas administraciones”.
Para el secretario de educación municipal Mario Pezotti el principal avance de la jornada de trabajo fue el encuentro del Alcalde con el magisterio local en pleno. A la Toto llegaron más de 4.000 maestros, desde las 6:00 de la mañana.
Ahora, quedan seis meses para hacer los ajustes pertinentes a las exigencias del Ministerio, que se resumen así:
1.- Financiero. El Ministerio dijo que ha habido gasto excesivo en los procesos de contratación con el sector privado, cuando ni siquiera se cumple con el ciento por ciento de la cobertura oficial.
2.- Planta de personal. Acompañar a las instituciones educativas y la administración en un plan de contingencia contundente para lograr que los establecimientos públicos aumenten la cobertura para alcanzar el ciento por ciento de la capacidad instalada. Si se logra este objetivo, en febrero podrá mostrársele al Ministerio que no hay tantos problemas, como lo cree, en la planta de personal.
RAFAEL ANTONIO PABÓN